Cempasúchil, la flor que ilumina altares y trata enfermedades 
La flor de cempasúchil, esencial en el Día de Muertos, no solo guía a las almas sino que tiene propiedades medicinales y usos industriales en México.
- Redacción AN / GER

La flor de cempasúchil, científicamente conocida como Tagetes erecta, es una planta originaria de México con una profunda relevancia cultural y medicinal. Más allá de ser un símbolo emblemático del Día de Muertos, esta flor posee múltiples propiedades terapéuticas que la han consolidado como un recurso esencial en la medicina tradicional mexicana desde tiempos prehispánicos.
Entre los componentes activos del cempasúchil se encuentran flavonoides, terpenoides, luteína y zeaxantina, junto con otros antioxidantes y aceites esenciales. Estas sustancias le confieren propiedades analgésicas, antibacterianas, antiinflamatorias, antiparasitarias y digestivas.
Estudios científicos modernos respaldan algunos de estos beneficios, que incluyen la capacidad de combatir bacterias como Pseudomonas aeruginosa y Escherichia coli, responsables de infecciones estomacales y urinarias, y aliviar malestares digestivos como cólicos, indigestión, diarrea y parásitos intestinales, gracias a su acción antiespasmódica.
Además, el cempasúchil es utilizado para tratar enfermedades respiratorias como la tos, congestión, gripe y bronquitis, ya sea mediante infusiones o vaporizaciones, favoreciendo la reducción de inflamación y facilitando la expulsión de flemas. En el cuidado de la piel, se emplea para desinfectar heridas, tratar quemaduras leves, acné y erupciones cutáneas, aprovechando sus propiedades antisépticas y cicatrizantes.
Desde el punto de vista etnobotánico, su uso medicinal se remonta a las antiguas culturas indígenas mexicanas, que reconocían el valor de esta flor no solo por su belleza sino por su efectividad en el tratamiento de diversas afecciones físicas y emocionales.
La flor también tiene aplicaciones industriales y alimenticias. En México, la producción se concentra en estados como Guanajuato, Hidalgo, Michoacán y Estado de México, donde las condiciones climáticas y del suelo son ideales para su cultivo. Su colorante natural se utiliza para teñir prendas, alimentos y objetos.
En la avicultura, es común que la flor ingrese en la alimentación de aves para intensificar el tono amarillo de su piel y la yema del huevo. Además, se emplea como materia prima para la elaboración de cervezas artesanales, nieves y pulque.
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Por su nombre, derivado del náhuatl “Cempohualxochitl”, que significa “flor de 20 pétalos”, el cempasúchil simboliza el sol en la cosmovisión prehispánica, conectando con la celebración de la vida y la muerte al iluminar el camino de las almas que regresan en el Día de Muertos.
La flor de cempasúchil no solo representa un elemento esencial en las tradiciones mexicanas, sino que también es un valioso recurso medicinal y productivo cuya importancia ha trascendido siglos y sigue vigente en México y el mundo.









