Uso sostenible, clave para conservar la Reserva de la Biosfera Maya
Comunidades de Petén advierten que una iniciativa de ley pone en riesgo un modelo forestal reconocido internacionalmente.
- Redacción AN / LP

El uso sostenible de los recursos naturales ha sido clave para la conservación de la Reserva de la Biosfera Maya, particularmente en el departamento de Petén, Guatemala, donde comunidades forestales han gestionado el territorio durante más de dos décadas.
Así lo expuso Eric Cuellar, director de la Asociación de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP), durante una entrevista en Aristegui en Vivo.
Cuellar explicó que las comunidades asentadas en la reserva mantienen una relación histórica con el bosque, basada en el aprovechamiento responsable de recursos como el chicle (resina del árbol de chicozapote) y la madera, bajo esquemas certificados de manejo forestal.
Este modelo, señaló, ha permitido conservar amplias extensiones de selva y, al mismo tiempo, generar beneficios sociales y económicos para miles de familias.
Las comunidades cuidan el bosque porque el bosque genera beneficios para la gente.
El director de ACOFOP advirtió que una iniciativa de ley presentada recientemente en el Congreso de Guatemala propone transformar áreas actualmente bajo concesiones comunitarias en zonas de conservación estricta, lo que implicaría restringir o prohibir el uso sostenible de los recursos.
De acuerdo con Cuellar, esta propuesta se presentó sin consulta previa a las comunidades afectadas y representa un riesgo para el modelo de manejo vigente. “Las prohibiciones radicales en regiones con pobreza no funcionan”, sostuvo.
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Cuellar destacó que el esquema de concesiones forestales comunitarias en Petén ha sido reconocido internacionalmente como un caso de éxito y ha servido como referencia para otros países de América Latina, África y Asia. Añadió que este modelo surgió, en parte, del intercambio de experiencias con ejidos forestales del sur de México, particularmente en Quintana Roo.
Finalmente, señaló que existe preocupación por posibles impactos transfronterizos en la Selva Maya, compartida por Guatemala, México y Belice, así como por la relación de esta iniciativa con proyectos binacionales de conservación actualmente en discusión.
