‘Perros y personas. Una historia de amor’: nuestro relato con ellos

Por Marco A. Cervantes

A lo largo de la historia, pocas relaciones han sido tan importantes para nuestra civilización como la que nos une con los perros. Nos acompañan y nos emocionan; nos fascinan y nos enternecen. Es interesante pensar que, mucho antes de que mujeres y hombres decidieran plantar la primera semilla de trigo, ya habían elegido caminar junto a uno de ellos.

Actualmente, esa complicidad nos revela una forma particular de afecto: a los perros los cuidamos y los queremos; les ponemos nombres y los curamos. Los incluimos en nuestra propia fotografía familiar. El cariño hacia ellos es uno de los vínculos más singulares que no se parece a ningún otro.

Perros y personas, nuestra historia de amor

Perros y personas. Una historia de amor (Reservoir Books, 2025) es un libro en el que Julieta García (México, 1970) observa con atención la manera en que nos relacionamos con el mundo canino; pero, sobre todo, es un gran relato sobre cómo nuestra biografía personal puede estar directamente ligada a la de ellos.

García propone un texto que recorre distintas formas —testimonio, divulgación y relato—, pero, donde el ensayo personal le permite no solo explicar, sino también abrir preguntas al lector. ¿Se puede sustituir el cariño de una persona por el de un perro? ¿Cómo nombrar el amor que sentimos por ellos? ¿Qué tipo de relación establecemos hoy con los perros? ¿Qué significa cuidarlos éticamente? ¿Cómo nombrar el duelo ante su pérdida?

Muchas de estas preguntas se resuelven en la propia narración. García ha escrito un texto en el que los personajes más entrañables del libro —los perros de Julieta y otros célebres de la literatura, la pintura o la ciencia— ayudan a explorar temas específicos. Así aparecen, entre otros, Yaisha, Venustiana, Benito (Juárez), Mola, Boric y Leona. Junto a ellos emergen cuestiones como los celos, la salud, el invento de las razas, el misterio y la agresividad; y, por supuesto, siempre, de manera fundamental, la ternura y la complicidad. “Los perros han sentido por mí algo más que devoción, un amor que no exige retribuciones, un vínculo sin expectativas ni reclamos” escribe la autora.

Los perros son la demostración palpable de que podemos ser, muchas veces, mejores personas si contamos con la fortuna de su compañía: perros y personas, nuestra historia de amor.