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‘La Bellakita’: Alejandro Carrillo escribe la primera novela mexicana que se sumerge en el mundo del reguetón Naturaleza Aristegui

“Me sorprende descubrir que el medio literario todavía es conservador”, apunta el escritor en entrevista.

  • Redacción AN / HG
27 Nov, 2025 08:16
‘La Bellakita’: Alejandro Carrillo escribe la primera novela mexicana que se sumerge en el mundo del reguetón

Por Héctor González

Una joven de 16 años, san judera y reguetonera es la elegida por los dioses para emprender un viaje urbano-mítico y descender al Mictlán. A ritmo de perreo intenso vivirá una serie de aventuras de toda índole, que la llevarán a un proceso de autoconocimiento y redención.

Alrededor de esta historia que oscila entre la literatura de terror y el género fantástico, Alejando Carrillo (Ciudad de México, 1981) escribe La Bellakita (Malpaso), una novela que nos sumerge en la cultura que envuelve al género musical que hoy se baila en todo el mundo.

Ganador del Premio de Literatura Mauricio Achar-Literatura Random House 2016, por su primera novela Adiós a Dylan, Carrillo cambia de estilo y tono para ofrecer un libro que desafía toda clase de prejuicios.

¿Cómo surgió La Bellakita?

Empecé a escribirla en diciembre de 2015. La imagen que la disparó fue la de una morrita cargando una bocina y vendiendo discos en el metro. Al principio me dediqué a expandir esa imagen para ver a dónde me llevaba, así llegué a la historia de una reguetonera. Me clavé en los combos que en ese momento estaban en su apogeo. Hasta entonces no escuchaba esa música por prejuicios clasistas. Imagínate, yo venía de Dylan, puro rock intelectual blanco. El contraste me llamó la atención y me enamoré del reguetón y el cumbiatón. Todo eso fue tejiendo la historia.

Te sumergiste de lleno en el lenguaje de esa escena, incluso al final de la novela hay un glosario. ¿Cómo fue tu investigación en este sentido?

Hace cuatro años me metí a estudiar Lengua y Literatura Hispánicas en la UNAM, y lo que más me ha fascinado es la lingüística. La investigación alrededor del lenguaje fue una delicia. Consulté diccionarios chafas del reguetón disponibles en línea, leí mucha literatura de Puerto Rico, estudios sobre el género. El lenguaje de los combos que es muy particular porque no es solo el barrio, hay una cuestión de agravio, combates. De hecho, mi investigación no se ha detenido.

Hace un momento hablaste de los prejuicios, ¿fue fácil que te aceptaran en los círculos del reguetón?

No tanto. Soy una persona tímida para esas cosas. No me involucré tanto por estas mismas reservas, pero cuando lo llegué a hacer me encontré con una banda muy abierta y dispuesta a hablar de lo que viven, piensan y escuchan. Fui a los alrededores de la Iglesia de San Judas Tadeo y platiqué con banda sanjudera, y la verdad es que se abrieron muy padre.

A la protagonista de tu novela le pasa mucho y en poco tiempo, ¿por qué?

Es una joven que cruza un umbral a partir de una crisis personal. Sabe que necesita dinamitar todos sus sostenes para conseguir descender a un mundo fantástico y simbólico. Eso te lo digo ahora con más conciencia, pero mientras escribo no pienso en las razones, simplemente me dejo ir. Los ajustes los hago en los borradores y es entonces cuando entiendo por qué las cosas se dieron así. De hecho, las primeras versiones eran todavía más atascadas y vertiginosas.

El lenguaje, la ciudad, es una novela que tiene mucho que ver con la identidad…

La identidad es un camino para conocerse a uno mismo, es un puente que en ocasiones puede convertirse en prisión, pero en otros momentos te puede llevar al autoconocimiento. En este caso, la identidad de la cultura en la que se mueve la Bellakita es muy violenta. Aunque en un aspecto es gozosa, en otro es muy brutal y es precisamente esto lo que la lleva a buscar algo más profundo y propio. Me gusta el rollo de la identidad cuando reivindica ante otras identidades impuestas.

¿Te interesaba reivindicar al reguetón?

No ideológicamente, no es un libro que está escrito para eso. Pero sí me identifico con la Bellakita en tanto que he vivido un discurso clasista que margina a las personas. Durante el proceso de escritura lo más revelador me ocurrió durante un taller. Recibí un par de comentarios que me sacudieron y la vez me gustaron porque me hicieron preguntarme muchas cosas. Mis compañeros me cuestionaron las razones por las que ella era la elegida, si era una chica de un Conalep y con pocos estudios. Escucharlos me dio mucha rabia, pero al mismo tiempo me llevó a engancharme más con el personaje.

Creo que La Bellakita es la primera novela mexicana que se sumerge de lleno en la cultura del reguetón.

Sí y eso para mí es gasolina pura. Mi propio prejuicio y clasismo del que no me había dado cuenta, me llevó a escribir esta historia. Al inicio, lo que me atrajo del rock fue su rebeldía, pero después se volvió en algo conformista, clasemediero y suavecito. Ahora esos mismos compañeros que se sintieron rebeldes y antisistema, se enojan cuando ven que hablo de reguetón y se refieren a los personajes como gente naca. Aunque esto me indigna, reconozco que también me gusta provocarlos.

Bueno, una de las críticas que se la hacen al reguetón es su machismo…

Es todo un rollo. Ahora estoy escribiendo un diccionario del caló del reguetón en todo el mundo. Por supuesto hay letras machistas, pero también creo que ha dado poder a las mujeres para decir lo que desean y quieren hacer. Un montón de morras feministas tenían este conflicto, pero al adentrarse han descubierto que también es una música que les permite hablar de todo. En el caso de la novela, la Bellakita sí proviene de un contexto totalmente machista, que a su vez la encausa para encontrar su feminidad. En un nivel profundo, el libro es un viaje para encontrar mi parte femenina.

Se que la novela ha sido rechazada por ferias del libro e incluso que ha enfrentado problemas para ser colocada en librerías.

Sí y me sorprende descubrir que el medio literario es todavía conservador, pese a que se vende como lo contrario. Por fortuna Malpaso la ha acogido muy bien. Al principio en Gandhi, los compradores me dijeron que se les hacía muy fuerte. Creo que todavía creen que es un lenguaje chaca y ñero, y por lo mismo poco literario, pero la realidad es que así es en esos círculos. La definición de qué es literario y qué no, no es más que una construcción de quien tiene el capital cultural como son las academias o los escritores con privilegios. Es el mismo repelús que causa el reguetón.

Al final esta es una valoración moral.

Claro, el reguetón, los corridos tumbados y el hip – hop, son en parte, voceros del mismo capitalismo: hay que hacer millones de pesos, tener las viejes más buenas, etc. A un morro pobre le venden la idea de que esa es la única manera de existir y eso se refleja en sus canciones. Sin embargo, el problema no está en ellos, sino en quienes te bombardean con esos valores, ellos son quienes realmente promueven la violencia.

¿Cómo ha sido recibida la novela en los círculos reguetoneros?

Creo que les ha gustado, un presentador de reguetón me dijo que el libro de alguna manera representa una aprobación por la cultura oficial. En lo personal me parece que no necesitan de la aprobación o la reivindicación de nada ni de nadie, el movimiento tiene un valor por sí solo.

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