Naturaleza AristeguiNaturaleza Aristegui

La COP30 dejó un gran sinsabor y no logró avanzar en la transición de los combustibles fósiles Naturaleza Aristegui

La trigésima conferencia de cambio climático de Naciones Unidas (COP30) en Belém, Brasil, finalizó en tiempo extra luego de dos semanas, con un acuerdo con pocos avances.

  • Redacción AN / GER
25 Nov, 2025 12:47
Naturaleza Aristegui
La COP30 dejó un gran sinsabor y no logró avanzar en la transición de los combustibles fósiles
Los países deliberan en el plenario de cierre de la COP30. En el medio de la foto, el presidente de la COP30, André Corrêa do Lago. Foto: cortesía UN Climate Change / Lara Murillo para Mongabay Latam

Por Fermín Koop

Mongabay Latam

Con señales mixtas, la trigésima conferencia anual de cambio climático de Naciones Unidas (COP30) en Belém, Brasil, cerró en tiempo extra luego de dos semanas. El sábado 22 de noviembre los países llegaron a un acuerdo de compromiso con grandes brechas para avanzar hacia la acción climática, pero con algunas victorias para países en vías de desarrollo, como la creación de un mecanismo de transición justa y el incremento de los fondos para la adaptación.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, había pedido, al comienzo de la conferencia, la creación de una hoja de ruta para la transición de los combustibles fósiles. Hace dos años, en la COP28 de Dubai, los países incluyeron en el texto una mención a la transición de los combustibles fósiles, pero sin detalles de la implementación.

Un grupo de 80 países, liderado por Colombia, se unió en una coalición en la COP30 para pedir que se concrete la hoja de ruta. Si bien versiones previas del texto la incluían, la mención fue eliminada del texto final. Este hecho fue ampliamente cuestionado por gobiernos y organizaciones de la sociedad civil latinoamericana.

“No acepto que en la declaración de la COP30 no se diga con claridad, como dice la ciencia, que la causa de la crisis climática son los combustibles fósiles que usa el capital. Si no se dice eso, todo lo demás es hipocresía”, escribió en su cuenta de X el presidente de Colombia, Gustavo Petro, al cierre de la conferencia en Belém.

El presidente de la COP30, André Corrêa do Lago, reconoció en el plenario final que “había países que querían más ambición” y dijo que buscará durante su presidencia —que comienza ahora y durará un año completo hasta la COP31— crear la hoja de ruta. Todavía no está claro cómo será ese proceso.

A la par, Colombia confirmó en Belém que realizará la primera conferencia global para discutir la transición de los combustibles fósiles. Será el 28 y el 29 de abril en la ciudad de Santa Marta. Allí, el país sudamericano buscará iniciar un proceso fuera del marco de Naciones Unidas para crear un tratado global para dicha transición.

“Se tratará de una amplia plataforma intergubernamental y multisectorial complementaria a la ONU, diseñada para identificar las vías jurídicas, económicas y sociales necesarias para llevar a cabo la eliminación gradual de los combustibles fósiles”, sostuvo la ministra de Ambiente encargada, Irene Vélez, en un comunicado.

Para Ilan Zugman, Director para América Latina y El Caribe de 350.org, el mensaje de las comunidades y pueblos originarios en la COP fue claro: la acción climática verdadera significa terminar con los fósiles y otorgar financiamiento adecuado. “La falta de compromisos concretos en el texto final de la COP30 nos muestra quiénes siguen beneficiándose del retraso: la industria de los combustibles fósiles y los ultra ricos, no quienes viven la crisis climática cada día. Sin embargo, el coraje en las calles de Belém y del mundo ha encendido el impulso global”, sostuvo.

Fueron dos semanas de negociaciones climáticas en Belém, con más de 50.000 participantes. Foto: UN Climate Change - Kiara Worth

La COP30 significó dos semanas de negociaciones climáticas en Belém, con más de 50 000 participantes. Foto: cortesía UN Climate Change / Kiara Worth para Mongabay Latam

La transición justa

Organizaciones sociales y ambientales destacaron la creación en la COP de un mecanismo para abandonar los combustibles fósiles y lograr una transición justa, propuesto en la primera semana de negociaciones por el grupo G77 más China.

El mecanismo buscará garantizar que la transición hacia una economía verde se realice de manera justa y proteja los derechos de todas las personas. Para ello, se trabajará sobre la cooperación internacional, la asistencia técnica y la construcción de capacidades. Los detalles de su puesta en marcha serán acordados en la próxima COP31, en noviembre de 2026, en Turquía.

Laura Restrepo Alameda, oficial de incidencia de Climate Action Network América Latina, celebró el mecanismo y pidió ahora centrarse en su implementación. “Incorpora lo suficiente de los principios por los que luchamos para que una transición justa basada en derechos, participación y centralidad de las personas pueda hacerse realidad. Ahora comienza la verdadera prueba: lograr que su implementación esté a la altura de la ambición que exigimos”.

Miembros de la sociedad civil y pueblos indígenas se manifiestan contra los combustibles fósiles en los pasillos de la COP30. Foto: cortesía Photo: © UN Climate Change / Kiara Worth para Mongabay Latam

Sin acuerdo sobre los minerales críticos

La transición justa implica abandonar los combustibles fósiles y pasar a energías renovables. Aunque se trata de algo fundamental para enfrentar la crisis climática, implica nuevos retos ambientales y sociales, ya que ha aumentado la demanda de minerales como el litio y el cobre, necesarios para autos eléctricos y paneles solares, entre otros. Son conocidos como minerales críticos porque en la actualidad existe una gran demanda, pero su suministro es escaso. Esto ha generado tensiones con comunidades en países latinoamericanos como Argentina, Colombia y Chile, debido a la expansión de la minería.

Antes del comienzo de la COP, grupos de negociación que incluyen a países de América Latina, como el G77 y China, y la Asociación Independiente de América Latina y el Caribe (AILAC), que incluye a Colombia, Chile y Perú, pidieron que se discutieran en Belém los riesgos ambientales de los minerales críticos, como la deforestación y la contaminación del agua.

Irene Vélez, ministra de Ambiente de Colombia

Vélez ha sido la tercer ministra de Ambiente en lo que va del gobierno de Gustavo Petro en Colombia y aún sigue en calidad de encargada. Foto: cortesía Ministerio de Ambiente de Colombia para Mongabay Latam

Los borradores de acuerdos y compromisos presentados durante la conferencia incluían una referencia a los minerales críticos, afirmando los “riesgos sociales y ambientales” de estos. Sin embargo, el texto final borró esa referencia. Observadores de las negociaciones sostuvieron que la principal oposición provino de China, que concentra el 70 % de la capacidad de refinería a nivel global.

“Muchos países siguen viendo al Sur Global sólo como proveedor de minerales y eslabón de la cadena de suministro, no como un socio en el codesarrollo de una transición justa. El Sur Global no quiere repetir la historia de exportar materias primas, importar tecnología y dejar territorios devastados mientras se agrava la crisis climática”, sostuvo la ex ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, en una conferencia de prensa.

Maquinaria en medio de rocas y mina

Los borradores de acuerdos y compromisos presentados durante la conferencia incluían una referencia a los minerales críticos, afirmando los “riesgos sociales y ambientales” de estos. Sin embargo, el texto final borró esa referencia. Foto: cortesía Dirección General de Energía, Hidrocarburos y Minas para Mongabay Latam

El rol de los bosques

La COP30 fue la primera conferencia del clima que tuvo lugar en la Amazonía, un bioma vital por su rica biodiversidad, pero amenazado por actividades extractivas. Es por eso que la presidencia de Brasil puso un particular énfasis en los bosques. En 2024 se perdieron 6.7 millones de hectáreas de bosques tropicales, de acuerdo con el Global Forest Review del World Resources Institute.

Brasil presentó en Belém el Fondo para los Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), un mecanismo voluntario que busca dar financiación a largo plazo a los países que protegen y gestionan de forma sostenible sus bosques tropicales. Es un fondo de inversión permanente y autofinanciado que reembolsará a los inversionistas y recompensará a los países por conservar sus bosques.

Para ello, el anfitrión de la COP fijó un objetivo de 125 000 millones de dólares para el TFFF, aunque no se fijaron plazos específicos. El ministro de finanzas de Brasil, Fernando Haddad, quería terminar la COP con una recaudación inicial de 10 000 millones de dólares de gobiernos y organizaciones filantrópicas. Sin embargo, hasta ahora, sólo se alcanzaron 5600 millones de dólares en compromisos de Alemania, Indonesia, Brasil, Francia, Colombia, Países Bajos y Portugal.

Áreas naturales deforestadas en Colombia

Sobrevuelo por zonas deforestadas de Colombia en 2025, como Meta, Guaviare y Caquetá. Foto: cortesía Defensoría del Pueblo para Mongabay Latam

El presidente de Brasil, Lula da Silva, había pedido al inicio de la conferencia crear una hoja de ruta para frenar la deforestación para 2030. Sin embargo, el texto final incluyó un lenguaje menos ambicioso y sólo “destacó” la importancia de “intensificar esfuerzos” para detener y revertir la deforestación para 2030. Corrêa do Lago dijo que buscará crear la hoja de ruta durante su presidencia de la COP30.

Clare Shakya, directora general global para el clima de The Nature Conservancy, sostuvo: “La única mención a los bosques en el texto nos hace reflexionar, ya que nos reunimos aquí, a las puertas de la Amazonía. Sin embargo, los avances logrados en áreas como el TFFF darán un impulso a los esfuerzos colectivos para conservar estos ecosistemas críticos para el clima”.

Para Janaina Uemura, de la Coalición Mundial por los Bosques, es necesaria una reforma de las negociaciones climáticas en Naciones Unidas. “Una COP diferente, pero la misma historia de siempre. Es imposible que este proceso sea capaz de poner fin a la deforestación, y mucho menos de alejar al mundo de un cambio climático catastrófico, ya sea de manera equitativa o de otro tipo”, sostuvo.

La protección de los bosques junto con la transición energética fueron algunos de los reclamos más destacados de los pueblos indígenas y las comunidades locales que participaron de manera activa en la COP, a diferencia de las últimas tres conferencias de cambio climático, cuando los países anfitriones no permitieron manifestaciones públicas durante el desarrollo del evento.

Personas en marcha por la justicia climática

Durante la COP30, una gran movilización de pueblos indígenas y sociedad civil hizo un funeral simbólico a los combustibles fósiles. Foto: cortesía Artyc Studio para Mongabay Latam

Al finalizar la primera semana de negociaciones se realizó una gran manifestación en las calles de Belém, en la que participaron aproximadamente 50 000 personas. Allí, se realizó un funeral simbólico a los combustibles fósiles, con tres cajones, uno para el carbón, uno para el petróleo y uno para el gas. “Sí, es verdad que en su mejor momento impulsaron el progreso que nos trajo hasta acá. Hicieron fortunas para los que los extrajeron y vendieron. Pero su tiempo ha terminado”, sostiene el obituario.

Juan Bay, presidente de la nacionalidad waorani de Ecuador, aseguró que “los gobiernos no están dispuestos a tomar decisiones reales para abandonar los combustibles fósiles ni para garantizar los derechos de los pueblos indígenas, que cumplen un rol fundamental en la protección de la Amazonía y para la estabilidad climática global”.

Los pueblos indígenas y comunidades locales tuvieron una presencia activa en las negociaciones. Foto: UN Climate Change - Diego Herculano

Los pueblos indígenas y comunidades locales tuvieron una presencia activa en las negociaciones. Foto: cortesía UN Climate Change / Diego Herculano para Mongabay Latam

El rol de la adaptación

En la COP30 se acordó triplicar la financiación de los países desarrollados a los países en desarrollo para la adaptación a los efectos del cambio climático, pasando de 40 000 millones de dólares a 120 000 millones al año para 2035. La fecha original propuesta en los borradores fue para el 2030, pero esta fue postergada cinco años más en el texto final.

Rachel Cleetus, directora de políticas de clima de la Unión de Científicos Conscientes, cuestionó en un comunicado que los fondos siguen siendo inferiores a los necesarios y no hay garantías de que estos sean de financiación pública basada en subvenciones, lo que permitiría no aumentar los niveles de endeudamiento de los países en desarrollo.

“Los habitantes de los países de bajos ingresos se ven afectados por los repetidos golpes del empeoramiento de los efectos del cambio climático, causados principalmente por las emisiones de los países más ricos, como lo demuestran los recientes estragos causados por los tifones consecutivos en Filipinas y el huracán Melissa en el Caribe”, sostuvo.

Huracán Melissa en Jamaica

Huracán Melissa en Jamaica, octubre 28 de 2025. Foto: AP para Mongabay Latam

Los países también acordaron una serie de indicadores para identificar dónde y cómo se están implementando las políticas de adaptación y qué áreas se están quedando atrás. Un grupo de expertos había trabajado en los últimos dos años en una lista consensuada de 100 indicadores, pero la misma fue reducida a 59 en la COP30, un listado descrito por especialistas como de calidad inferior y definido a puertas cerradas.

“El proceso no fue transparente. A partir de la segunda semana las reuniones fueron a puertas cerradas y esperábamos dinámicas más inclusivas, pero eso no se ve en los textos finales. En vez de apostar por más ambición en adaptación, terminamos con textos regresivos. Los indicadores nuevos salieron de la nada y son diferentes a los que habíamos acordado”, sostuvo Pilar Bueno, directora de Argentina 1.5° y una de las expertas que trabajó en la lista original.

Por ejemplo, se eliminaron indicadores para medir la proporción de gobiernos que integraron la adaptación al cambio climático en sus políticas públicas y para medir si los gobiernos cuentan con fondos asignados a la adaptación en sus presupuestos. Además, se bajó el nivel en otros indicadores, como el de agricultura, que ahora sólo se enfoca en la adaptación de la producción, mientras que antes hacía referencia a todos los actores de la cadena de valor del sector, según explicaron observadores de la negociación.

Bueno también cuestionó que no se asignó un presupuesto específico para que los países en desarrollo puedan implementar los indicadores.

El financiamiento

En 2024, en la COP29, en Bakú, Azerbaiyán, se acordó que los países desarrollados “tomarían la iniciativa” en la movilización de 300 000 millones de dólares anuales para 2035, triplicando la meta previa de 100 000 millones acordada en 2015 en el Acuerdo de París, pero alcanzada recién en 2022. Aún no hay datos sobre cómo va el cumplimiento de la nueva meta.

Además, en dicha COP se acordó que “todos los actores” trabajarían juntos para permitir que, para ese mismo año, se alcance un financiamiento de 1.3 billones de dólares de todas las fuentes públicas y privadas.

Azerbaiyán y Brasil recibieron el encargo de elaborar una hoja de ruta para orientar los esfuerzos destinados a alcanzar los 1.3 billones. La hoja de ruta de Bakú a Belém se publicó en el marco de la Cumbre de Líderes, la cual establece “cinco frentes de acción” para alcanzar la meta de financiamiento: “reponer, reequilibrar, redirigir, renovar y remodelar”.

La sociedad civil protestó en contra de los combustibles fósiles y exigió un incremento en el financiamiento climático en la COP29 de 2024. Foto: cortesía Kiara Worth / UN Climate Change para Mongabay Latam

Dentro de cada frente se detallan medidas como impuestos internacionales al carbono y al transporte aéreo y marítimo, una reforma de la arquitectura financiera internacional y el uso de canjes de deuda por acción climática.

El texto final de Belém decide “urgentemente avanzar en acciones para escalar el financiamiento para los países en desarrollo de todas las fuentes públicas y privadas” que permitan alcanzar las metas de 300 000 millones y 1.3 billones de dólares. Además, se decide crear un programa de trabajo de dos años para el financiamiento climático y organizar una mesa de trabajo ministerial de alto nivel.

“Proponer un programa de dos años para debatir solo contribuye a alargar un proceso burocrático que, en 30 años, no ha logrado resolver una crisis urgente que cobra vidas, se agrava cada día y para la que se está acabando el tiempo”, asegura Carola Mejía, coordinadora de justicia climática en LATINDADD.

Los próximos pasos

La COP30 tuvo lugar en el marco del décimo aniversario del Acuerdo de París, el tratado climático global acordado en 2015 para evitar que la temperatura suba más de 2 °C e idealmente que su incremento no sea superior a 1.5 °C. Sin embargo, la trayectoria actual indica que, para finales de siglo, el planeta se calentará entre 2.3 y 2.5 °C, aún si se cumplen en un 100 % los planes que los países se han fijado hasta el momento.

El texto de la COP30 reafirmó las metas del Acuerdo de París y reconoció el progreso realizado en estos diez años. Además, resaltó los nuevos planes climáticos nacionales (NDC, por sus siglas en inglés) presentados por los países de cara a 2035, afirmando que el 89 % de los planes cubren todos los sectores de la economía, en vez de sólo abordar algunos, como ha sido el caso de NDC previas. Además, destacó que el 73 % hace referencia a la adaptación.

En Belém, México presentó el suyo, con un mayor nivel de ambición. También lo hicieron Costa Rica y Perú, entre otros países latinoamericanos, aunque el plazo para hacerlo era hasta febrero de 2025 y luego fue extendido hasta septiembre.

Simon Stiell, Director Ejecutivo de la Convención Marco de Cambio Climático (CMNUCC), sostuvo en el cierre de la COP30 que si bien un grupo de países quería avanzar con más ambición en combustibles fósiles y financiamiento, la transición de combustibles fósiles a renovables ya está en marcha y no se puede frenar.

Marina Silva agradece los aplausos en el plenario de cierre de la COP30. Foto: UN Climate Change - Kiara Worth

La ministra de Ambiente brasileña, Marina Silva, agradece los aplausos en el plenario de cierre de la COP30. Foto: cortesía UN Climate Change / Kiara Worth para Mongabay Latam

Por su parte, Marina Silva, Ministra de Ambiente de Brasil, aplaudida por todo el plenario al cierre de la COP, destacó que los países fueron capaces de cooperar y “reconocer que no hay atajos” para abordar el cambio climático. “Aunque versiones anteriores de nosotros dijeran que no hemos llegado tan lejos como alguna vez imaginamos que lo haríamos —o que necesitábamos hacerlo—, sí reconocerían algo esencial: seguimos aquí”, concluyó.

 

Puedes consultar el artículo original aquí:

Temas Relacionados