Detenciones en Zapopan confirman cierre del cerco contra 'Los Chapitos'; ¿fueron entregados? Saucedo analiza

La detención de dos integrantes del entorno familiar de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, líder de la facción del Cártel de Sinaloa conocida como “Los Chapitos”, se inscribe en una estrategia más amplia de presión contra ese grupo del Cártel de Sinaloa, afirmó el consultor en seguridad David Saucedo.

Durante una entrevista en Aristegui en Vivo, Saucedo se refirió a los cateos simultáneos realizados en Zapopan, Jalisco, donde fueron capturados dos integrantes de la familia Lindoro, identificados como el suegro y el cuñado de Iván Archivaldo.

De acuerdo con el especialista, estos operativos se suman a una serie de golpes recientes contra esa facción criminal. “Se está cerrando el cerco en contra de la facción de los Chapitos”, señaló, al recordar que apenas días antes fue asesinado uno de los jefes de seguridad de Iván Archivaldo en un restaurante de la Zona Rosa, en la Ciudad de México, además de la captura de personas vinculadas con el aparato financiero del grupo.

Saucedo explicó que los grandes cárteles mexicanos operan no solo como organizaciones criminales, sino también como estructuras familiares, donde los círculos cercanos desempeñan funciones clave. En ese contexto, indicó que los detenidos en Zapopan tenían desde hace tiempo antecedentes relacionados con el lavado de dinero y la reinversión de recursos ilícitos en negocios legales.

Según el analista, la captura de familiares cercanos forma parte de una estrategia conjunta de México y Estados Unidos para presionar a las cúpulas criminales. “Parte de la estrategia […] es dirigir los operativos de captura en contra de integrantes del primer círculo, que también forman parte de la cúpula del cártel, para llegar a eventuales negociaciones que les permitan obtener información sustantiva sobre la operación interna del cártel de Sinaloa”, afirmó.

Comparó este patrón con casos previos, como la detención de Emma Coronel, familiares de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y, en otros cárteles, de parientes directos de sus líderes.

En cuanto al conflicto interno del Cártel de Sinaloa, Saucedo sostuvo que, tras más de un año y medio de enfrentamientos, la balanza se inclina a favor del grupo encabezado por Ismael “El Mayo” Zambada.

“Ellos van ganando la guerra”, dijo, aunque aclaró que ello no implica una derrota inminente de “Los Chapitos”. Recordó que esta facción formalizó recientemente una alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, lo que ha implicado el envío de hombres, armas y municiones al sur de Sinaloa. Esta dinámica, señaló, ha provocado un incremento de la violencia homicida y la expansión del conflicto a regiones donde antes no se concentraban los enfrentamientos.

El consultor consideró probable que la disputa se extienda en los próximos meses a otras zonas del norte del país, aunque insistió en que el predominio del grupo de “El Mayo” Zambada se explica también por el respaldo institucional. Al ser cuestionado sobre esa afirmación, fue enfático: “Sí, totalmente. Desde hace tiempo las autoridades de México y Estados Unidos saben que luchar una guerra en dos frentes, en tres frentes, es muy complicado”.

Desde su perspectiva, la captura y traslado de Ismael Zambada a Estados Unidos formó parte de una estrategia diseñada principalmente por ese país para fracturar al Cártel de Sinaloa y luego concentrar los esfuerzos contra una de sus facciones.

Saucedo explicó que, tras la captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, se profundizaron divisiones internas que derivaron en una guerra civil. “Pero esa fue una estrategia completamente americana, dividir al cártel de Sinaloa y después lanzar todos los operativos […] para ir desmantelando al grupo de Los Chapitos”, afirmó, al comparar este enfoque con el aplicado en Colombia en la década de los noventa.

Saucedo advirtió que el panorama es complejo y señaló incumplimientos de Estados Unidos en tareas clave. Entre ellas, mencionó la reducción del consumo de drogas, el control del tráfico de armas hacia México y la asistencia financiera al Estado mexicano. Subrayó que “es imposible que el Estado mexicano tenga los recursos humanos, financieros y materiales para combatir de manera simultánea a todos estos grupos de macro criminalidad” sin un esquema de apoyo similar al Plan Colombia.

Sobre las detenciones en Zapopan, Saucedo indicó que, aunque los detenidos enfrentan diversos cargos, los expedientes más sólidos están relacionados con delitos financieros y no descartó que los arrestos tengan fines de extradición. Consideró altamente probable la participación de agencias estadounidenses en labores de geolocalización, dado que las capturas se realizaron en la zona metropolitana de Guadalajara, territorio históricamente controlado por el CJNG.

Este hecho, dijo, abre interrogantes sobre el papel de ese cártel frente a sus aliados. Saucedo planteó que resulta difícil explicar una detención de alto perfil en esa región sin algún nivel de colaboración del CJNG. “No me lo explico de otra manera”, sostuvo, al referirse a la actuación de la policía estatal. A su juicio, la ausencia de un anillo de protección para personas cercanas a Iván Archivaldo sugiere una posible entrega o, al menos, un doble juego por parte del CJNG.

El especialista señaló que las reacciones posteriores a las detenciones, en particular si se concreta una extradición, permitirán evaluar si existió una negociación previa o si se trata de una fractura más profunda entre aliados. En cualquier caso, concluyó que resulta llamativo que un operativo de este calibre se haya realizado “tan fácil” y “sin disparar una sola bala”, en contraste con lo que habría ocurrido en bastiones tradicionales del Cártel de Sinaloa.