Congreso debate protección legal de los peces en México
Una iniciativa inédita busca reconocer a los peces como animales y regular su bienestar en pesca y acuacultura para reducir su sufrimiento.
- Redacción AN / SH

Por Igualdad Animal
Los peces son los animales más explotados para el consumo humano. Su matanza es tan grande que se les contabiliza por toneladas o su valor en el mercado; ni siquiera existen cifras oficiales sobre el número de individuos que son extraídos o criados en granjas. A esto se le añade que su proceso de matanza es uno de los más largos y dolorosos de toda la explotación animal. Pese a esto, los peces carecen de la mínima protección para evitar su sufrimiento en la crianza, transporte o en el rastro.
Esto ha comenzado en países como Reino Unido, donde el debate sobre la protección de los peces es de interés público y ha llegado hasta el Parlamento y Tribunales. México no puede quedarse atrás. En el Congreso de la Unión, específicamente en la Cámara de Diputados, la organización Igualdad Animal ha impulsado una iniciativa de reforma a la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables para incorporar, por primera vez, el bienestar de los animales acuáticos en esta norma.
La inédita iniciativa presentada por la Diputada Iraís Virginia Reyes de la Torre (Movimiento Ciudadano) propone que los peces sean considerados como animales y no recursos, como actualmente ocurre en nuestro marco jurídico. La propuesta de este cambio no sólo es nominal, sino que va acompañada de diversas disposiciones que moverán la protección de los peces del letargo histórico en el que se encuentra.
Como ha sido exhibido en investigaciones, en la explotación de los peces el dolor es la norma. Desde que son extraídos, comienza un proceso de asfixia que se extiende hasta la línea de matanza. Entre ambos puntos, los peces son golpeados, aventados, amontonados y aplastados. Por eso la propuesta plantea que la Secretaría competente emita normas oficiales mexicanas específicas sobre bienestar animal para todas las etapas en las que los animales acuáticos estén bajo cuidado o responsabilidad humana.
La matanza de peces
Esto incluye la etapa de matanza, un proceso que actualmente carece del mínimo estándar que garantice la reducción del sufrimiento de los peces. Desde que son extraídos del agua, los peces comienzan a asfixiarse, lo cual se puede prolongar hasta por 40 minutos hasta que sus branquias colapsan. Para los que alcanzan a llegar con vida al rastro, el dolor también es la norma.
Allí, se les extraen las vísceras mientras se encuentran conscientes y sin ningún tipo de aturdimiento previo. La propuesta presentada en San Lázaro establece que todos los animales procedentes de la pesca y la acuacultura deberán ser insensibilizados o aturdidos mediante métodos mecánicos o eléctricos antes de su matanza, de acuerdo con normas oficiales mexicanas.
Base científica y avance internacional
La iniciativa retoma la evidencia científica más reciente, que demuestra que los peces poseen nociceptores funcionales, aprenden a evitar experiencias dolorosas y presentan respuestas complejas al dolor y al estrés. También se alinea con estándares internacionales, como las recomendaciones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y el Código Sanitario para los Animales Acuáticos de la Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH), que exigen un aturdimiento eficaz y la no recuperación de la consciencia antes de la muerte.
“El estrés extremo antes y durante la matanza afecta el bienestar de los animales. Los peces y otros animales acuáticos no son recursos naturales, son animales con un sistema nervioso complejo y tenemos la responsabilidad de extender los marcos jurídicos de protección también a ellos”, dice Dulce Ramírez, Directora de Igualdad Animal México.
Es innegable que los peces sienten. Esta iniciativa es un paso imprescindible para que la ley lo reconozca y la industria avance hacia prácticas menos crueles. La Constitución es clara: el Estado debe garantizar la protección y trato adecuado de todos los animales y los peces no pueden ni deben ser la excepción.
