'Estamos viendo un desorden mundial que no sabemos hacia dónde va': Fausto Pretelin
El analista Fausto Pretelin aseguró en 'Aristegui en Vivo' que el mundo no avanza hacia un nuevo orden, sino hacia un desorden global caracterizado por la erosión del derecho internacional, la falta de reglas claras y el debilitamiento de los mecanismos multilaterales.
- Redacción AN / MDS

Al hacer un balance del escenario internacional rumbo al cierre de 2025, el analista Fausto Pretelin Muñoz de Cote señaló como principal factor de preocupación la llegada y el ejercicio del poder del presidente estadounidense Donald Trump, a quien atribuyó una conducta sistemática de desprecio por el derecho internacional y por los equilibrios que han sostenido el orden global en las últimas décadas.
Durante una entrevista con Aristegui en Vivo, sostuvo que los acontecimientos recientes reflejan con claridad el perfil del presidente estadounidense y sus implicaciones globales. Subrayó que la preocupación central radica en la erosión del derecho internacional, al advertir que, sin ese marco normativo, el mundo podría entrar en “una zona muy riesgosa, una especie de anarquía”, en la que líderes con visiones imperialistas como Vladimir Putin, Xi Jinping o el propio Trump tendrían vía libre para romper líneas rojas y avanzar sobre regiones y territorios.
En ese contexto, mencionó la intención de Trump de hacerse con el control de Groenlandia, actualmente dependiente de Dinamarca, así como la estrategia de seguridad hemisférica presentada por Estados Unidos semanas atrás, la cual coloca a América Latina y Centroamérica como una zona de influencia exclusiva, sin competidores como China o Rusia.
Advirtió que estas señales cobran mayor relevancia considerando que a Trump aún le restan tres años en el poder y que sus acciones afectan incluso a aliados históricos. Recordó que Dinamarca forma parte tanto de la Unión Europea como de la OTAN, organizaciones de las que también es miembro Estados Unidos, lo que refuerza la gravedad de una posible violación flagrante del derecho internacional.
Para el analista, este enfoque configura un escenario peligroso y representa una nueva vuelta de tuerca de la doctrina Monroe, ahora adaptada a un entorno geopolítico de mayor confrontación.
“No deja de sorprender que una democracia como Estados Unidos, con todos sus errores, pudiera de alguna manera tener esos vicios de un imperio, y eso es la figura de Donald Trump”, apuntó.
Pretelin dijo que, aunque se conocían con claridad los conflictos en Ucrania y Gaza, identificando a la Rusia de Vladimir Putin como agresora y señalando la respuesta del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al ataque de Hamás como “una respuesta muy dura, con posibles crímenes de guerra en la región de la Franja de Gaza”, resultó inesperado que un presidente de Estados Unidos mostrara cercanía política con estos liderazgos.
En ese marco, mencionó la propuesta estadounidense de 24 puntos presentada hace un mes sobre Ucrania, la cual, afirmó, “parecería ser que fue escrita por los rusos” y enviada prácticamente como una traducción al presidente Volodímir Zelenski.
En el plano interno estadounidense, Pretelin también expresó preocupación por las redadas migratorias y las imágenes que han circulado en las últimas semanas. Consideró cínica la narrativa oficial que acompaña estas acciones, particularmente los incentivos económicos de tres mil dólares ofrecidos a migrantes para abandonar el país, los cuales calificó como insuficientes, aunque reconoció que este tipo de posturas ya no resultan sorprendentes.
Al referirse al rumbo global, rechazó la idea de que el mundo esté transitando hacia un nuevo orden claramente definido y afirmó que, en realidad, se vive “un desorden mundial” que no se sabe hacia dónde va.
Señaló que, si bien se conocen las intenciones de actores como Trump, Xi Jinping y Putin, así como el peso de los BRICS y del llamado sur global, no existen reglas claras que ordenen este reacomodo, especialmente en materia comercial y de alianzas estratégicas.
En ese escenario, apuntó a la falta de una postura firme de la Unión Europea frente a las hostilidades y descalificaciones de Trump. Consideró que Europa ha sido excesivamente políticamente correcta y que no ha dejado suficientemente claras las intenciones del presidente estadounidense, quien, dijo, ve a la Unión Europea “como una enemiga clara” y la confronta abiertamente, pese a que su fundamento histórico ha sido la paz y la prevención de una nueva guerra mundial.
Sobre Venezuela, Pretelin anticipó que la reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU difícilmente producirá resultados concretos. Afirmó que cualquier intento de resolución enfrentará el veto de Rusia, que mantiene una defensa clara de Nicolás Maduro.
Al mismo tiempo, criticó el enfoque de Estados Unidos, al señalar que la violación de derechos humanos y de la democracia en Venezuela no figura entre las prioridades de Trump, quien centra su atención en el tema de seguridad y en presuntos vínculos del gobierno venezolano con el narcotráfico.
El analista recordó que existen antecedentes documentados sobre violaciones graves a los derechos humanos, particularmente durante la represión de las protestas de 2019, cuando la entonces alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, realizó investigaciones independientes que identificaron “posibles crímenes de guerra”. A su juicio, ese debería ser el eje central del debate internacional.
Pretelin consideró que el énfasis estadounidense en temas como la producción de drogas resulta erróneo, al señalar que los principales focos de cocaína y fentanilo se encuentran en otros países como México y China.
Bajo este enfoque, anticipó un nuevo fracaso del Consejo de Seguridad, lo que refuerza la necesidad de una reforma profunda de la ONU para evitar su marginación en un contexto donde las grandes potencias tienden a ignorar los mecanismos multilaterales.
Advirtió que este debilitamiento representa una mala noticia para quienes defienden el derecho internacional y el multilateralismo, al colocar en riesgo la relevancia misma de instituciones diseñadas para contener los excesos del poder global.

