DesgastadA con A | Por David Ordaz

Por David Ordaz

Así es como se ve todos los días a Claudia Sheinbaum. DesgastadA en imagen, aguante, capacidad de reacción, control de su gobierno, relación con personajes que la rodean, la terrible herencia del pasado y con una narrativa cada vez más repetida y cansina.

Por más que traten de disimularlo, su imagen ha tenido un bajón de entre 15 y 20 puntos, su capacidad de reacción ha sido lenta y retóricamente aburrida, sin control del gobierno y de los personajes que la rodean, principalmente en el Poder Legislativo, con gobernadores prácticamente desahuciados y con un partido que es más una pandilla controlada desde el sureste.

AcorraladA con A. Porque la nomenclatura de Andrés Manuel López Obrador y Morena le tienen las manos atadas y sin posibilidad de operar al 100%, pero aún con la posibilidad de dar golpe de timón, se ciñe a la fórmula desgastada del “están conmigo o están contra mi”, de criticar y evidenciar a quienes la cuestionan, a ver campañas nacionales e internacionales en lugar de empezar a barrer desde adentro el basurero que le dejó su nefasto antecesor.

PorristA con A. Porque cada vez que puede sigue enalteciendo a un señor que mandó al diablo a las instituciones del que denomina el neoliberalismo, pero que, en lugar de edificar nuevas, solo se dedicó a colocar a sus afines y cómplices para pagar favores y beneficiar a sus hijos y a sus amigos.

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CiegA con A. Porque se niega a ver la realidad del país y sigue haciendo caso a personajes como Jesús Ramírez o Jenaro Villamil, que a través de sus canales oficiales y aplaudidores afines pagados, le quieren hacer ver un país que no es el que está afuera del Palacio donde viven y operan.

EvasivA con A. Porque ante la incapacidad de acción al no proteger a un alcalde que pedía ayuda y es asesinado, la primera reacción fue insultar y lanzarse contra fuerzas oscuras que quieren desestabilizar a su gobierno.

ReaccionariA con A. Porque ante hechos como las inundaciones, violencia imparable, políticos asesinados, mangoneos desde Estados Unidos y el ritmo lento en la economía, lanza planes que parecen improvisados o son francamente una calca de sexenios pasados, sin que logre aterrizar realmente algo que sea palpable para el pueblo bueno y no tan bueno.

VíctimA con A. Porque cualquier crítica, cuestionamiento, movilización (rosa, morada, con sombrero, etc), ya coloca a unos en el bando de los ‘malos’, y a ‘ella’ en su rol de la presidenta ‘más atacada’ como dicta el manual de la auto victimización.

DesconectadA con A. Porque cuando pierdes la capacidad de escuchar las exigencias de la gente, de ver la cruda realidad en las calles y de no tener empatía por nadie que no sean tus afines, cómplices y aplaudidores, te refugias en una burbuja y en tu zona de confort.

AprovechadA con A. Porque sigue capitalizando los programas sociales como botín clientelar, condicionándolos con miras al 2027 y 2030 para tener los votos asegurados y no perder lo que la realidad del día a día le demuestra que está perdiendo.

BlandA con A. Porque no ha tenido la voluntad de dar un manotazo en la mesa y mandar muy lejos a estorbos políticos como Rubén Rocha, Américo Villareal, Marina del Pilar, Rocío Nahle, Ramírez Bedolla, Evelyn Salgado o sanguijuelas como Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Fernández Noroña, Sergio Gutiérrez Luna, Ignacio Mier, Cuauhtémoc Blanco, Luisa María Alcalde o Arturo Ávila, entre tantos otros.

CínicA con A. Solo basta ver y escuchar el discurso sobre la Revolución Mexicana, donde intentó evidenciar los vicios históricos de régimenes pasados y solo consiguió describirse a si misma, a su mitómano antecesor y esa pandilla disfrazada de ‘movimiento’ o partido político.

De seguir así, muy pronto estaremos viendo una presidenta resignadA y políticamente acabada con A.