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El Congreso Mundial de la Naturaleza: una fiesta de diversidad biológica y cultural | Por Julia Carabias Naturaleza Aristegui

En dicho Congreso se debatieron temas emergentes como la transición con equidad e inclusión hacia economías y sociedades positivas para la naturaleza; la consolidación de liderazgos -especialmente de juventudes, mujeres y pueblos originarios-; entre otros asuntos.

  • Redacción AN / AG
21 Oct, 2025 19:40
El Congreso Mundial de la Naturaleza: una fiesta de diversidad biológica y cultural | Por Julia Carabias

Por Julia Carabias.*

Estamos acostumbrados a que la crisis climática acapare la atención de las agendas ambientales globales y nacionales, relegando a un segundo plano la emergencia por la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, sin menoscabo de la importancia del calentamiento global, la drástica disminución de ecosistemas, especies y genes que estamos presenciando -sin precedentes en la historia evolutiva- pone en alto riego la permanencia de la vida tal y como hoy la conocemos, así como el bienestar de las sociedades humanas que dependemos de ella.

Por ello, es motivo de celebración que, entre el 9 y el 15 de octubre, este tema haya sido el foco de atención del Congreso Mundial de la Naturaleza, convocado por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN). En este Congreso participaron cerca de 14 mil personas de 140 países, pertenecientes a organizaciones de la sociedad civil, comunidades indígenas -de Latinoamérica, África, Asia, Europa y Oceanía-, gobiernos, empresarios y académicos. Se realizaron cientos de eventos, foros, exhibiciones, debates, talleres de aprendizaje, diálogos de alto nivel, de manera simultánea o secuencial, en el Centro Nacional de Exposiciones de Abu Dhabi, instalaciones de dimensiones inconmensurables, como toda la infraestructura (muy insustentable) en los Emiratos Árabes Unidos.

Se debatieron a fondo muchos temas emergentes, como la transición con equidad e inclusión hacia economías y sociedades positivas para la naturaleza; la consolidación de liderazgos -especialmente de juventudes, mujeres y pueblos originarios-; las soluciones basadas en la naturaleza y su escalamiento; los bonos de conservación; así como las mejores experiencias de gobernanza, entre otros asuntos.

Este Congreso se celebra cada cuatro años y, por su magnitud, resulta extraordinariamente complejo de organizar e implementar. Sin embargo, gracias a la capacidad de Grethel Aguilar, la actual directora de UICN -una experta costarricense muy comprometida-, y de su equipo, fue posible llevarlo a buen puerto; una intensa semana de atención internacional dedicada a la conservación de la biodiversidad.

La UICN está conformada por 150 organizaciones miembro, que incluyen a Estados soberanos, agencias gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil, y se beneficia de los aportes de más de 18 000 expertos. Es un referente mundial que elabora la Lista Roja de Especies en Peligro de Extinción y asesora a los foros multilaterales globales de conservación de la naturaleza. Funciona como una interfaz entre el conocimiento científico y la toma de decisiones, con el apoyo miles de académicos en todo el mundo. Gracias a que promueve un constante intercambio de experiencias, a la sistematización de lecciones aprendidas y un enfoque transversal y multidisciplinario, genera recomendaciones y orientaciones muy útiles y viables para políticas públicas basadas en evidencia científica, así como instrumentos y herramientas para su ejecución, monitoreo y evaluación, mediante la elaboración de mejores prácticas, manuales, directrices y estándares internacionales.

La UICN tiene gran influencia en los foros globales y desempeña un papel muy importante en un mundo donde el multilateralismo se tambalea ante el avance del autoritarismo en muchos países y a los ataques ofensivos, destructivos y reprobables a la ONU por parte de algunos poderosos jefes de Estado, principalmente Donald Trump. Pero no solamente el trabajo de esta organización debe ser considerado en las agendas globales, también las agendas nacionales deben revisar con atención toda su oferta para fortalecer las políticas de sustentabilidad ambiental de cada país. Si ya existe una amplia gama de instrumentos ambientales aplicados, evaluados y exitosos, no pretendamos inventar en cada nación o en cada cambio de gobierno el hilo negro. La riqueza de las lecciones aprendidas debe incorporarse y adecuarse a la situación económica, social y ambiental de cada país, pero es obligado aprovechar esos avances. La continuidad de las políticas que funcionan es indispensable para el éxito. El tiempo se agota, y es una irresponsabilidad perderlo frente a las emergencias globales ambientales. No es conocimiento lo que nos falta para el cambio, sino voluntad; sin embargo, a muy pocos países les cae el veinte, y las agendas sociales y políticas absorben toda la atención.

Y para continuar conmemorando a la biodiversidad y visibilizando su importancia, del 25 al 31 de octubre la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas organiza la Semana Nacional por la Conservación, con el acertado lema de “Proteger a quien nos protege”. Es un reconocimiento a la valentía y compromiso de los ecoguardas, así como a la participación de muchas comunidades locales, organizaciones sociales, académicos, científicos, jóvenes y voluntarios, que protegen la naturaleza. Ante los menguados recursos económicos federales destinados a la protección de la biodiversidad, este conjunto de actores contribuye de manera significativa a las tareas de conservación de nuestro patrimonio natural nacional.

*Julia Carabias fue reconocida por su larga
y exitosa trayectoria a favor de las áreas protegidas
con el Premio Fred Packard durante
el Congreso Mundial de Conservación de la UICN.

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