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COP30 | 'El mundo está observando Belém', advierte Guterres Naturaleza Aristegui

Desde la COP30 en Belém, António Guterres urge acuerdos ambiciosos, más financiación climática y una transición acelerada lejos de los combustibles fósiles.

  • Redacción AN / SH
20 Nov, 2025 09:25
COP30 | 'El mundo está observando Belém', advierte Guterres
Foto: Estefania Medina Bibiano

Por Samantta Hernández Escobar

Belém, Brasil.— Bajo el calor húmedo de la Amazonia y el pulso político de la COP30, António Guterres lanzó este jueves uno de sus discursos más contundentes sobre la crisis climática. Desde Belém, ciudad anfitriona y símbolo de los puntos de inflexión que amenazan al planeta, el secretario general de la ONU llamó a los gobiernos a abandonar la inercia y negociar con “coraje, voluntad y flexibilidad” para mantener viva la meta de limitar el calentamiento global a 1.5°C.

“Estamos en el límite y el mundo está observando Belém”, advirtió Guterres ante la prensa internacional, recordando que quienes viven en las primeras líneas del colapso —comunidades indígenas, familias desplazadas por inundaciones, campesinos que pierden cosechas— ya no toleran excusas: exigen resultados.

Un rebasamiento inevitable, pero reversible

El secretario general reconoció que, tras décadas de retraso y negación, un rebasamiento temporal de 1.5°C es ahora inevitable y podría ocurrir a inicios de los años 2030. Ese escenario, dijo, significa “más calor, más hambre, más desastres y un mayor riesgo de cruzar puntos de inflexión irreversibles, incluso aquí en la Amazonia”.

Sin embargo, insistió en que aún es posible volver por debajo del umbral de 1.5°C antes de fin de siglo, siempre que el rebasamiento sea “lo más pequeño, corto y seguro posible”. Y esa misión, enfatizó, “comienza aquí, en Belém”.

Adaptación: sobrevivir o desaparecer

Guterres reclamó a los países desarrollados el incumplimiento de su promesa de duplicar la financiación para adaptación, que —dijo— hoy “se está esfumando”. Llamó a triplicar esos recursos para 2030 y urgió a capitalizar el fondo de pérdidas y daños, aún prácticamente vacío pese a estar operativo.

“Para millones, la adaptación no es un concepto técnico: es la diferencia entre reconstruir o ser arrasados”, afirmó. En el caso de los pueblos indígenas, advirtió, está en juego no solo la supervivencia, sino la protección de culturas y territorios que sostienen ecosistemas vitales.

Recortes de emisiones: “una sentencia de muerte” si no se actúa

A diez años del Acuerdo de París, Guterres sostuvo que los planes climáticos actuales aún nos colocan “muy por encima de los 2°C”, lo que sería “una sentencia de muerte” para muchos países y comunidades. Pidió a los grandes emisores —sin mencionar a ninguno directamente— acelerar recortes, alcanzar el pico de emisiones ahora, reducirlas a la mitad esta década y lograr cero neto en 2050, con emisiones negativas después.

“La energía limpia nunca ha sido más barata ni más abundante”, recordó, a la vez que instó a abandonar cuanto antes los combustibles fósiles, luchar contra la desinformación que los promueve y apoyar a los trabajadores que dependen de carbón, petróleo y gas mediante “una transición justa, ordenada y equitativa”, tal como se acordó en la COP28 en Dubái.

También insistió en reducir drásticamente las emisiones de metano esta década y detener y revertir la deforestación para 2030.

Financiación: el gran cuello de botella

“Nada de esto puede suceder sin dinero”, resumió Guterres. Exigió un camino creíble para que los países desarrollados movilicen al menos 300 mil millones de dólares anuales para 2035, con una ruta clara hacia 1.3 billones de dólares por año. También pidió reglas simples que faciliten el acceso de países vulnerables al financiamiento.

Guterres subrayó la necesidad de abaratar el costo del capital para economías en desarrollo, expandir el papel de los bancos multilaterales y activar instrumentos financieros innovadores. “Lo que ha fallado es la voluntad política”, afirmó. “Si la arquitectura financiera internacional no responde a este momento, su reforma dejará de ser una opción y será una obligación”.

Antes de viajar al G20 en Sudáfrica, el secretario general lanzó un mensaje directo a las delegaciones:

Sobre la resistencia de algunos países… y un elogio a Belém

Ante una pregunta de la cadena Globo sobre la resistencia de países como China, India y Rusia a incluir la reducción de combustibles fósiles en el texto final, Guterres reconoció que las negociaciones atraviesan fases “de posiciones divergentes”, pero aseguró que un acuerdo solo será posible si combina preocupaciones sobre financiación para adaptación y recortes de emisiones.

También aprovechó para dejar una nota ligera en medio de la tensión diplomática: “Gostei imenso da cidade de Belém”, dijo entre sonrisas. “Me gustó muchísimo”.

Con la Amazonia como telón de fondo, el mensaje del secretario general quedó claro: este es el momento de decidir si el mundo toma la ruta del cambio o la del colapso. En Belém, el tiempo político y climático corre al mismo ritmo: rápido, y hacia una línea roja que no admite retrocesos.

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Esta contenido se realizó con el apoyo de The Climate Reality Project América Latina, cuyo trabajo busca ampliar el acceso al conocimiento climático y promover acciones informadas en la región