COP30 | América Viva: denuncian la falsa transición energética basada en gas fósil 
La campaña busca instalar un mensaje contundente en el debate internacional: el gas fósil no es una alternativa de transición, sino un “camino falso” que perpetúa la crisis climática.
- Redacción AN / SH

Por Samantta Hernández Escobar
Belém, Brasil.- En la COP30, marcada por la urgencia y el filo entre la vida y el colapso climático, América Latina alzó una voz incómoda y necesaria: la transición no se quema.
Redes y organizaciones ambientales de toda la región lanzaron la campaña “América Viva: Transición sin gas ya”, un llamado directo a desmontar la narrativa que convierte al gas fósil en un supuesto salvavidas energético. La acción está impulsada por Climate Action Network International, Climate Action Network Latin America (CAN-LA) y decenas de organizaciones aliadas de la región.
Lejos de ser un puente hacia un futuro limpio, advierten, el gas está profundizando heridas sociales, acelerando la crisis climática y empujando a la Amazonia —el corazón verde del continente— hacia un punto de no retorno. En medio de negociaciones globales que buscan definir el rumbo del planeta, América Latina llega con un mensaje claro: no hay transición posible si sigue encendida por combustibles fósiles.
La campaña sostiene que el gas—presentado por varios gobiernos como una alternativa temporal rumbo a energías más limpias—es en realidad una estrategia que retrasa la transformación energética, profundiza desigualdades y agrava la crisis climática.
Una narrativa impuesta y con impactos reales
Margarita Campuzano, directora de Comunicación del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), advierte que la supuesta necesidad del gas como “puente” energético responde a una narrativa importada.
“La idea de que debemos usar gas fósil como combustible de transición es una falsa narrativa impuesta desde el Norte Global, una forma de neocolonización que nos aleja de las energías renovables”, sostiene. “Estos proyectos convierten a nuestros territorios en zonas de sacrificio”.
Pese a los impactos crecientes de la crisis climática, países como Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Guyana, Surinam y Francia (Guayana Francesa) mantienen o amplían su apuesta por el gas. Para Marco Jiménez, director de Comunicaciones de CEUS Chile, la región se encuentra en una encrucijada:
“La crisis climática avanza con velocidad devastadora mientras se nos empuja a profundizar la dependencia fósil. El gas no es solución ni puente; es un retroceso.”
Costos ambientales y humanos
Las organizaciones enfatizan que el gas fósil no solo prolonga la dependencia energética, sino que tiene consecuencias tangibles en comunidades y ecosistemas. Para Alejandro Alemán, coordinador de CAN-LA, el gas “erosiona la soberanía energética, desplaza comunidades, afecta la salud y destruye ecosistemas esenciales”.
Los datos respaldan la alerta. De acuerdo con el Amazon Oil and Gas Tracker, existen más de 650 bloques de exploración y producción de gas y petróleo en la cuenca amazónica, casi la mitad en operación. Más del 30% se superpone con territorios indígenas o áreas naturales protegidas, amenazando biodiversidad y derechos ancestrales.
Amarilys Esther Llanos Navarro, del Movimiento Cesar sin fracking y sin gas, destaca la magnitud del daño social:
“Pensar en una transición justa mientras se incrementa la extracción de gas es perverso. Las comunidades indígenas, afros y campesinas pagan el precio: pérdida de agua, tierra, alimentos y aire limpio. La OMS advierte que niños, niñas y adultos mayores son quienes más sufren los impactos en salud por su uso en los hogares.”
Las cifras climáticas son igualmente alarmantes. La expansión del gas y petróleo en la Amazonia podría liberar más de 8,000 millones de toneladas de CO₂ equivalente, comprometiendo las metas climáticas globales. A ello se suma el poder de calentamiento del metano, gas asociado a su producción: 86 veces mayor que el CO₂ en 20 años.
Un mensaje para la COP y los gobiernos
La campaña busca instalar un mensaje contundente en el debate internacional: el gas fósil no es una alternativa de transición, sino un “camino falso” que perpetúa la crisis climática.
Las organizaciones llaman a los gobiernos latinoamericanos a acelerar una transición energética real basada en energías renovables, justicia climática y respeto a los derechos humanos.
Con “América Viva: Transición sin gas ya”, los movimientos ambientales esperan visibilizar los riesgos de la expansión gasífera y presionar para que la región abandone esta apuesta antes de que sus consecuencias sean irreversibles.
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Esta contenido se realizó con el apoyo de The Climate Reality Project América Latina, cuyo trabajo busca ampliar el acceso al conocimiento climático y promover acciones informadas en la región






