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Murakami y su devoción por el jazz (Reseña) Naturaleza Aristegui

El escritor japonés en colaboración con ilustrador Makoto Wada hacen un recorrido por algunos de los grandes maestros del género.

  • Redacción AN / HG
19 Oct, 2025 05:32
Murakami y su devoción por el jazz (Reseña)

Por Héctor González

La afición de Haruki Murakami (Kioto, 1949) por el jazz es más que conocida. A finales de la década de los setenta del siglo pasado y antes de convertirse en un constante aspirante al Nobel de Literatura, regenteaba un club del cual da algunas pistas en su libro De que hablo cuando hablo de correr, “estaba cerca de la estación de Sendagaya, en Tokio. No era en absoluto un local grande, pero tampoco era tan pequeño. Lo justo para que cupieran un piano de cola y un quinteto. Durante el día servíamos cafés y por las noches se transformaba en bar. También servíamos alguna cosilla de comer y, los fines de semana, programábamos alguna actuación en vivo”, escribe.

En realidad, y para ser justos, habría que decir que Murakami es un melómano. Su novela Norwegian Wood es una clara alusión al tema de los Beatles y además, publicó junto con el director japonés Seiji Ozawa, el título Música, solo música. Dicho esto, no es extraño que se asociara con el artista plástico ya fallecido Makoto Wada (1936-2019), para un par de proyectos que desembocaron en lo que hoy es Retratos de jazz (Tusquets), un recuento de ilustraciones y breves perfiles de un conjunto de genios del género.

Cuestión de gustos

Los convocados, en su mayoría obedecen al criterio del ilustrador, el narrador incluyó algunos como Art Pepper, Frank Sinatra y Gil Evans. Como en toda antología, hay coincidencias, pero también ausencias. Se nota que Murakami sabe de lo que habla, pero sobre todo se nota que lo disfruta. Más que aportar datos enciclopédicos, deja ver sensibilidad y pasión. Se vale pensar que sus apreciaciones sobre el jazz podrían llevarse a su literatura.

Sus líneas sobre el baterista Shelly Manne. “Tengo cierta predilección por el sonido cálido y los buenos modales de los músicos de la Costa Oeste”, bien podrían aplicarse a varias de sus novelas, la mayoría cálidas, abrazadoras y bien ejecutadas, pero poco corrosivas y con poco margen para algo de locura. Quizá sea por eso en la mancuerna Murakami-Wada, caben los clásicos y genios orquestales como Benny Goodman o Glenn Miller, y hay pocos músicos de las corrientes más experimentales del jazz, se extraña por ejemplo a Wayne Shorter y Jaco Pastorius.

Como sea el menú es amplio, están los de cajón como Billie Holiday, Cab Calloway, Charles Mingus, Miles Davis, Ella Fitzgerald, Count Basie, Thelonius Monk, Charlie Parker, John Coltrane y Ornette Coleman, por mencionar algunos. Pero también hay rescates notables como el guitarrista Charlie Christian, fallecido a los 22 años, pero pionero en el arte de los “solos” con su instrumento dentro de la orquesta de Benny Goodman; la cantante Anita O’Day o el pianista Teddy Wilson.

La lista es amplia y la alineación da para armar una buena playlist que bien puede sonar mientras se leen los textos.  Más que con una pretensión canónica Retratos de jazz, es una invitación sí a polemizar, pero sobre todo a descubrir una forma muy particular de sentir. Los argumentos de Murakami más que técnicos son emocionales, a quienes más defiende son a aquellos que le tocan el corazón y le calientan la sangre. Al final el ejercicio es para gozar, curiosear y reafirmar que la música es una de las mejores que cosas que hay en la vida.

*Haruki Murakami y Makoto Wada. Retratos de jazz. Tusquets. Trad. Juan Francisco González Sánchez. 241 pp.

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