Países logran acuerdo global para proteger la biodiversidad en alta mar 
Tras 20 años de negociaciones, un tratado histórico busca proteger la biodiversidad en alta mar y establecer Áreas Marinas Protegidas.
- Redacción AN / SH

Tras casi dos décadas de negociaciones, la comunidad internacional alcanzó un acuerdo histórico para regular la conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina en áreas fuera de jurisdicciones nacionales, conocidas como alta mar. El tratado busca establecer mecanismos claros de cooperación y control sobre actividades que hasta ahora estaban prácticamente fuera de supervisión.
De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), este instrumento permitirá la creación de Áreas Marinas Protegidas (AMP), mejorando la coordinación internacional y reduciendo el impacto acumulativo de actividades como la pesca industrial, el transporte marítimo y la explotación de recursos.
Jessica Battle, experta en gobernanza oceánica de WWF, destacó que el tratado pone fin a la idea de que lo que ocurre en alta mar “está fuera del radar”. Subrayó que ahora será posible evaluar los impactos acumulativos de las actividades humanas en los océanos y avanzar hacia una economía azul que respete los ecosistemas.
El acuerdo también se vincula con el Marco Global de Biodiversidad, que compromete a los países a proteger al menos el 30% de los océanos y restaurar un porcentaje similar de áreas degradadas para 2030. Para Pepe Clarke, líder de la práctica global de océanos de WWF, este paso representa “una nueva era de responsabilidad colectiva sobre los bienes comunes más importantes del planeta”.
Otro de los avances clave es la inclusión de evaluaciones de impacto ambiental para todas las actividades que puedan afectar la vida marina, incluidas prácticas emergentes como la minería de fondos marinos o el almacenamiento de carbono en aguas profundas. Estas medidas buscan prevenir daños antes de que ocurran.
El tratado también contempla la creación de un organismo científico y técnico que garantizará la solidez de las propuestas de protección, así como un comité de implementación y un mecanismo de resolución de disputas entre estados. Además, se establece la obligación de los países desarrollados de compartir conocimientos y tecnologías con las naciones en desarrollo.
WWF resaltó que, aunque el acuerdo representa un logro histórico, el reto será lograr que entre en vigor. Para ello, los países deberán firmarlo, ratificarlo en su legislación nacional y avanzar en su implementación práctica. “Las palabras importan, pero nuestro océano necesita acción”, concluyó Battle.