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“La literatura es una forma de reaccionar a lo que observamos, habitamos y vivimos”: Marina Azahua Naturaleza Aristegui

La escritora reedita 'Ausencia compartida', un conjunto de 33 ensayos que muestran una forma de mirar y pensar el mundo.

  • Redacción AN / HG
19 Sep, 2025 13:06
“La literatura es una forma de reaccionar a lo que observamos, habitamos y vivimos”: Marina Azahua

Por Héctor González

Foto: Natalia del Carmen (Cortesía Libros UNAM).

 Hace diez años vio la luz la primera edición de Ausencia compartida, un volumen donde la entonces escritora emergente Marina Azahua (Ciudad de México, 1983) propuso a través del ensayo, una forma de pensar el arte. Hoy, en pleno 2025 ya con una carrera más consolidada y tras publicar su novela Archivo agonía, regresa a aquel volumen por propuesta de Libros UNAM.

“Creo que el libro funciona muy bien como una primera entrada al mundo del ensayo literario, pero también al universo de la contemplación como vehículo para el pensamiento”, explica Azahua sobre un volumen que tiene como plus las ilustraciones de Julia Reyes Retana.

A lo largo de los textos, en su mayoría vigentes, no solo nos asomamos al trabajo de escritores y artistas, también somos testigos de algunas de las obsesiones que desde entonces han trazado el camino de una de las voces más interesantes de su generación.

¿Cómo fue tu reencuentro con los textos de Ausencia compartida?

Fue súper interesante, cuando la editora Andrea Fuentes me propuso volver a publicar el libro me entusiasmé mucho, especialmente porque lo estaban planeando dentro de la colección Hilo de Aracne en Libros UNAM, que es una colección a la que le tengo mucho cariño y me parece muy importante porque está dirigida a jóvenes. Creo que el libro funciona muy bien como una primera entrada al mundo del ensayo literario, pero también al universo de la contemplación como vehículo para el pensamiento. Cuando fui universitaria una de mis experiencias más valiosas fue la proximidad que tuve a distintas expresiones del arte. Había cineclubes, círculos de lectura, exposiciones, todo era muy estimulante. Regresar a estos textos fue como reencontrarme con una versión de mí misma que tenía mucha hambre de aprendizaje y al mismo tiempo fue revelador porque me di cuenta de que muchas de mis obsesiones ya estaban presentes desde entonces. Me ha tomado tres libros darme cuenta de que toda mi obra gira en torno a la ausencia.

El libro también refleja la relación que tienes con el asombro, que quizá diez años después es distinto.

Me encanta que saques al tema del asombro porque sí, el asombro era un valor muy importante. Las amistades, las inquietudes, todo entonces giraba en torno a mantener viva nuestra capacidad para asombrarnos. Hay que decir también, que fue una época previa a la ola de violencia que arrasó en México. Entonces era una versión de la vida donde teníamos más espacio mental y tiempo para la contemplación. Después vino la guerra no llamada guerra y mi atención se fue hacia otros espacios como el análisis de la violencia y la construcción de comunidades para hacerle frente.

También es una cuestión de ciclos, ¿no?

Claro, exacto. Mira, tenía una maestra que decía que en realidad todos estamos escribiendo el mismo libro, pero con distintos capítulos. Cada uno de los volúmenes que publicamos forman parte de un gran libro. Y quizás sí, hay ciertas obsesiones que se abren, se cierran y después se transforman, por ejemplo, el tema de la ausencia. El duelo es super importante y ya está muy presente desde Ausencia compartida. Es muy interesante la experiencia de regresar a un libro que escribiste hace una década y enfrentarte a otra versión de ti misma, pero que ya estaba pensando las mismas cosas que sigues tratando de dilucidar hoy en día, solo con otras herramientas.

Y significados, dado el contexto del país, palabras como ausencia y vacío hoy tienen otro significado.

Justo, llevo los últimos 10 años trabajando el tema de la desaparición forzada en México. Es interesante ver como desde el 2013, cuando se publicó este libro por primera vez, ya estaba pensando acerca de qué ocurre con el trastocamiento a partir de la ausencia.

¿Del contenido del libro en términos de relacionarte con la literatura, qué sigues suscribiendo?

Definitivamente me sigo identificando de manera muy directa con parámetros que considero fundamentales para aproximarme e interpretar al mundo. La escritura o mejor dicho la literatura, es una forma de reaccionar a lo que observamos, habitamos y vivimos; es una reacción particular de cada mente ante las cosas que se le presentan. Creo que este libro también podría haberse llamado Instrucciones para mirar el mundo. Me interesa también la brevedad, ya presente en estos textos. En el libro viene un ensayo sobre una pieza de performance de Marina Abramovic que habla de la responsabilidad del espectador y de la violencia inherente que habita como soterrada en el fondo de todas las almas humanas. ¿De qué somos capaces los humanos?, y ¿por qué somos capaces de hacer las mejores cosas y las peores cosas?, son preguntas que me interesan.

Dentro de esos procesos hay algo también de autobiográfico, ¿no?

Sí y eso es algo que me sorprendió. No era consciente de lo mucho que hablo sobre mi infancia. Podría decirte que hablar de mi propia vida y de mi infancia no es algo que ni siquiera puedo decirte que me interesa y sin embargo sale a flote.

Quizá paso porque era tu primer libro…

Sí, definitivamente viene de una intimidad y de una manera de reaccionar ante el mundo. Usé las herramientas que tenía en ese momento y muchas eran experiencias directas, pues había leído menos, sin embargo, la autorreferencia no es algo que me interese.

 

 

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