Aranceles del 100% a China no son sostenibles, admite Trump 
El miércoles sin embargo el mandatario estadounidense declaró que su país enfrenta una guerra comercial con China, en un giro tras anunciarse una pausa.
- Redacción AN / ARF

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el viernes que su propuesta de imponer un arancel del 100% a los productos procedentes de China no es sostenible, pero culpó a Pekín del estancamiento de la negociación comercial, que comenzó con el endurecimiento del control sobre las exportaciones de tierras raras.
“No es sostenible, pero esa es la cifra”, dijo Trump en una entrevista con Fox Business Network emitida el viernes. “Me obligaron a hacerlo”.
Trump anunció hace una semana 100% más de aranceles a los productos chinos que llegan a Estados Unidos, junto con nuevos controles a la exportación de “todos y cada uno de los programas informáticos críticos” a partir del 1 de noviembre, nueve días antes de que expire un pausa arancelaria.
Las nuevas medidas comerciales fueron la reacción de Trump a la drástica ampliación por parte de China de los controles a la exportación de elementos de tierras raras, un mercado de elementos esenciales para la fabricación de equipos tecnológicos y que China domina.
Trump también confirmó que se reunirá con el presidente chino, Xi Jinping, dentro de dos semanas en Corea del Sur -un encuentro que había puesto en duda la semana pasada- y expresó su admiración por el líder chino.
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“Creo que vamos a estar bien con China, pero tenemos que tener un acuerdo justo. Tiene que ser justo“, dijo Trump en el programa ‘Mornings with Maria’, que se grabó el jueves.
¿En guerra comercial?
El miércoles sin embargo el mandatario estadounidense declaró que su país enfrenta una guerra comercial con China, en un aparente giro apenas horas después de que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, propuso extender la pausa a los nuevos aranceles impuestos a los productos del gigante asiático en aras de resolver la disputa por las tierras raras.
“Bueno, ya estamos en una (guerra)”, señaló al ser preguntado sobre este asunto en unas declaraciones recogidas por la agencia de noticias Bloomberg en las que consideró que “si no tuviéramos aranceles, quedaríamos expuestos como si no fuéramos nada”, recordando el gravamen del 100 por ciento destinado a las importaciones chinas.
El inquilino de la Casa Blanca pronunció estas palabras poco después de que Bessent planteó la posibilidad de prolongar la pausa en estos aranceles durante más de tres meses si China detiene su plan de aplicar nuevos controles estrictos a la exportación de elementos de tierras raras.
“¿Es posible que podamos alargar el plazo a cambio? Quizás. Pero todo eso se negociará en las próximas semanas”, declaró durante una rueda de prensa en Washington, ante el vencimiento de la última tregua de 90 días acordada entre las dos partes, que tendrá lugar en noviembre.
En la víspera, el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, avanzó que las conversaciones con China en este aspecto van bien, si bien aseguró que el desenlace del conflicto dependerá de los próximos movimientos de Pekín.
“Hemos tenido bastante éxito en encontrar un camino a seguir con ellos en el pasado, por lo que creemos que seremos capaces de resolverlo. Mucho depende de lo que hagan los chinos. […] No podemos permitir una situación en la que los chinos mantengan este régimen (de controles de exportación de tierras raras), en la que quieran tener poder de veto sobre las cadenas de suministro mundiales de alta tecnología”.
La semana pasada, China anunció una batería de controles de exportación de materias críticas, lo que provocó que el presidente estadounidense amenazase con unos aranceles del 100% sobre las importaciones chinas a partir del 1 de noviembre de seguir adelante su homólogo chino, Xi Jinping, con la medida.
Según la Agencia Internacional de la Energía, China controla alrededor del 60 por ciento de la extracción mundial de tierras raras y más del 90 por ciento de su refinado. De su lado, el Servicio Geológico de Estados Unidos indicó que, aproximadamente, el 70 por ciento de las importaciones norteamericanas de estos elementos proceden de China.