'México no puede entregar más agua de la que existe', advierte Comisión del Agua de Jalisco

El director de la Comisión Estatal del Agua de Jalisco, Mario López, aseguró que las presiones de Estados Unidos sobre México por el cumplimiento del Tratado de Aguas bilateral no son inéditas, aunque señaló que el país no tiene “muchas opciones” para satisfacer los requerimientos del vecino del norte.

“No es la primera ocasión que Estados Unidos de América amenaza a México con alguna acción”, dijo en Aristegui en Vivo sobre la amenaza de un arancel del 5% que llevó a negociaciones para el cumplimiento del acuerdo.

“Recordemos que México en el ciclo 25 y 26 tuvo una condición similar de incumplimiento por déficit en las entregas acordadas conforme al tratado y esto se garantizó en esa situación del ciclo 27. Es decir, bien se dice que México no ha incumplido el tratado, quien afirme lo contrario está faltando la verdad”, apuntó.

El funcionario explicó que, de acuerdo con el tratado, México puede cubrir los déficits de un ciclo en el siguiente ciclo de cinco años, incorporando adicionalmente el volumen del 431.6 en promedio anual correspondiente al ciclo en curso.

Por ello, “México lo que tendría que hacer obviamente es tomar algunas medidas y por eso es precisamente esta planeación a la que hace referencia la nota de Relaciones Exteriores, un plan de acción que le garantice a Estados Unidos que México va a cumplir en este ciclo 36 con lo pactado”.

López respaldó la postura del Gobierno federal al subrayar los límites físicos del recurso disponible. “México no puede entregar más agua de la que existe”, sostuvo, al explicar que el volumen actualmente disponible se concentra en la presa Luis L. León, en las presas internacionales y en los embalses de Nuevo León que abastecen a los distritos de riego, por lo que las entregas extraordinarias a Estados Unidos solo pueden cubrirse con el agua existente en esas fuentes.

Advirtió que las opciones del país son limitadas debido a los bajos niveles de almacenamiento en la cuenca del río Bravo. En ese sentido, detalló que en el corto plazo, “las únicas fuentes de abastecimiento son entregar toda el agua que se encuentra en la presa Luis L. León en Chihuahua. ¿Qué otra agua existe? Las de las presas internacionales que en conjunto suman 200 millones. Entregar el agua que hoy día está en la cuenca del río San Juan”.

Entre las poblaciones que podrían resultar afectadas en el corto plazo con la entrega de 249 mil 163 millones de metros cúbicos de agua están Monterrey, Nuevo León, así como la frontera chica tamaulipeca, desde Reynosa hasta Matamoros, además de Ciudad Acuña y Piedras Negras, en Coahuila.

Sin embargo, enfatizó que los principales afectados serán los agricultores: “Es agua comprometida para ellos, especialmente en Tamaulipas y Chihuahua”. Aseguró que el ciclo agrícola actual implica entregas ya garantizadas para estos estados, en el contexto de niveles de presas muy bajos, especialmente en Chihuahua.

Agregó: “En el caso de Tamaulipas, el almacenamiento es adecuado para garantizarles a ellos, pero como hay que entregar agua a Estados Unidos debido a la presión que ejerció el presidente Trump, ahí va a haber una afectación y habrá que compensarles. Esto no es nuevo”.

Señaló que existen mecanismos de compensación económica, como el convenio de 1996 entre Nuevo León y Tamaulipas: “Si no ocurre ese volumen de agua a esa presa, hay una compensación económica. Entonces, es un ejemplo de lo que el gobierno de México podría hacer. Esto no es nuevo”.

Sobre las posibles medidas a largo plazo para asegurar el cumplimiento del tratado, López mencionó la inversión en infraestructura hídrica, incluyendo desaladoras y acueductos.

“En el norte de Tamaulipas, el acuífero es salobre. Entonces, una de las posibilidades que se estudió hace mucho tiempo fue utilizar agua de esta salobre para potabilizarla y entregarla a las poblaciones mexicanas, o inclusive se consideraba también una desaladora muy cercana a McAllen, Brownsville y Matamoros, para poder abastecer toda esa parte de la población estadounidense”. También aludió a la construcción de la tercera presa internacional y a la tecnificación de distritos agrícolas en Tamaulipas y Chihuahua.

Resaltó que cumplir con los compromisos requiere no solo inversión, sino también negociación con los agricultores: “Se tiene que hacer un trabajo para poder convencer a los agricultores de que no van a poder sembrar lo que normalmente acostumbran, si las condiciones de lluvia no contribuyen […] la situación de mayor riesgo es que tengamos nuevamente una sequía extraordinaria y una sequía extrema en los siguientes cinco años”.

Finalmente, señaló la magnitud del desafío financiero: “Difícilmente puedo decir un número. Simplemente la Presidencia de la República señaló, como parte del programa hídrico nacional, un monto de 17 mil millones de pesos solamente para tecnificar. Entonces, hoy día el Gobierno de México también promueve una desaladora en Rosarito, Baja California, y está hablando también de montos equivalentes a eso”.