Ciudadano musulmán desarmó a uno de los atacantes en Bondi Beach, destaca académica

El ataque terrorista ocurrido el domingo en la playa Bondi, en Sídney, Australia, que dejó un saldo de 16 personas muertas -entre ellas uno de los atacantes- y 40 heridas, es reflejo de un contexto internacional marcado por la polarización social, la construcción de narrativas de odio y la normalización de la violencia, advirtió la doctora Aribel Contreras Suárez, coordinadora de la Licenciatura en Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Durante una entrevista con Aristegui en Vivo, la especialista señaló que, aunque el atentado podría interpretarse como un hecho aislado, debe leerse dentro de una dinámica global más amplia impulsada por liderazgos extremos. “Al final del camino nos deja leer entre líneas esta construcción de narrativas de odio, de violencia alrededor del mundo, de estos líderes neopopulistas, que se van a los extremos y claman fronteras cerradas, pero que hablan de guerras”, afirmó.

Contreras Suárez explicó que este discurso ha profundizado divisiones sociales basadas en identidades nacionales, religiosas y culturales, generando un ambiente de confrontación.

En ese sentido, calificó como condenable la agresión ocurrida en Australia, la cual identificó claramente como un acto antisemita, y advirtió que este tipo de expresiones violentas podrían repetirse en otros países.

Señaló que el contexto internacional está marcado por el rechazo hacia figuras políticas como el presidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en el marco de la guerra contra Hamás, un conflicto que ha detonado debates sobre el derecho internacional entre Gaza e Israel.

La académica subrayó que el atentado evidencia un problema estructural más profundo. “Esto nos habla mucho de cómo el tejido social a nivel global está descompuesto y que la gente, en lugar de dialogar y resolver los problemas a través de la conversación, agarra un arma y ataca”, expresó, al señalar que la violencia se ha convertido en un mecanismo de descarga de fobias, rechazos y filias, en este caso dirigidas contra la comunidad judía.

La doctora Contreras Suárez también destacó un elemento que consideró relevante para desmontar prejuicios religiosos: la intervención del dueño de una frutería, un ciudadano musulmán, identificado como Ahmed al Ahmed, que logró desarmar al agresor.

“Es muy interesante ante esta islamofobia, ante esta división en la que se cree que personajes que predican el islam son los archienemigos de la comunidad judía. Pues es él, justamente un musulmán, quien decide cubrirlo, desarmarlo”, apuntó, al referirse al video del hecho que se difundió rápidamente a nivel mundial.

A partir de este episodio, planteó una serie de interrogantes sobre los desafíos actuales para la convivencia internacional, la tolerancia a las diferencias y la posibilidad de cerrar brechas políticas, económicas y sociales con respeto a la vida. Consideró que la sociedad global no ha logrado aprender de las lecciones históricas de las guerras mundiales y alertó que la violencia ya no se limita a decisiones estatales o conflictos entre ejércitos, sino que se manifiesta directamente en la vida cotidiana.

Finalmente, mencionó que estos hechos han encendido alertas en distintos gobiernos, al punto de modificar agendas públicas. Como ejemplo, recordó que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, decidió cancelar el festejo de fin de año en Saint-Servais, en París, ante el riesgo de nuevas amenazas. Esta reacción, concluyó, refleja la magnitud del reto que enfrentan los Estados frente al aumento de agresiones y violencia a nivel global.