Celebración y contaminación: El alto costo ambiental de la pirotectnia 
Utilizando datos satelitales (MODIS, OMI y CALIPSO), los científicos han podido observar la magnitud espacial de esta contaminación.
- Redacción AN / BJC

Un creciente cuerpo de investigación científica demuestra que los fuegos artificiales son una fuente significativa de contaminación tóxica del aire, el agua y el suelo. La quema masiva de pirotecnia libera un coctel de material particulado, metales pesados y compuestos químicos peligrosos con efectos medibles y perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana, de acuerdo con diversos estudios.
Los fuegos artificiales son una mezcla de productos químicos diseñados para producir efectos visuales y sonoros mediante reacciones de óxido-reducción. Su funcionamiento depende de agentes oxidantes, combustibles y colorantes.
Estudios también han reportado el uso de sustancias altamente tóxicas como arsénico, plomo y hexaclorobenceno en su fabricación. En Viena, incluso se detectaron concentraciones elevadas de arsénico en el polvo fino, según el artículo La quema masiva de pirotecnia:Un espectáculo que contamina, publicado en Revista Bio Ciencias.
El impacto más inmediato de la pirotecnia es el deterioro agudo de la calidad del aire. La quema masiva genera un aumento drástico en los niveles de material particulado atmosférico (PM2.5 y PM10), que puede contener una variedad de metales tóxicos.
Un estudio detallado sobre el festival de Diwali en la India, publicado en Atmospheric Research, cuantificó este impacto a nivel regional. Se registró un incremento de entre el 56% y el 121% en la masa de aerosoles en superficie en la llanura indogangética durante los días del festival en comparación con las concentraciones de fondo.
En ciudades como Ahmedabad, la concentración de PM10 alcanzó los 2220 µg/m³, y en Delhi los 726 µg/m³, niveles muchas veces superiores a los estándares de salud nacionales e internacionales.

Foto: Omair Parvez vía Unsplash
Este fenómeno no es exclusivo de la India. Otro estudio publicado Bio Ciencias documenta el mismo problema en la Zona Metropolitana del Valle de México. Durante las primeras horas del Año Nuevo, se han registrado concentraciones de PM10 de hasta 478 ± 150 µg/m³, un aumento directamente atribuido a la quema de pirotecnia.
El impacto de los fuegos artificiales no se desvanece con el humo
Los residuos de la combustión, cargados de químicos, caen y contaminan cuerpos de agua y suelos cercanos. El principal contaminante reportado en este ámbito es el perclorato, un anión inorgánico utilizado como oxidante en la pirotecnia.
El perclorato es altamente soluble en agua, lo que le permite filtrarse rápidamente a través del suelo y contaminar las aguas subterráneas. La ingesta de perclorato impide que la glándula tiroides absorba el yodo, un elemento crucial para producir hormonas esenciales para el crecimiento y desarrollo normal.
En un estudio llevado a cabo Japón, la concentración de perclorato en el río Hijikawa aumentó de un máximo de 0.84 µg/L antes de un festival a 33 µg/L menos de 1.5 horas después del evento

Foto: kazuend vía Unsplash
En Ada, Oklahoma, tras un espectáculo de fuegos artificiales, la concentración máxima de perclorato en un lago municipal alcanzó los 44.2 µg/L. Cerca de zonas de fabricación de pirotecnia en la India, se han encontrado concentraciones de perclorato en aguas subterráneas que oscilan entre 0.005 y 7700 µg/L.
Utilizando datos satelitales (MODIS, OMI y CALIPSO), los científicos han podido observar la magnitud espacial de esta contaminación. Durante Diwali, se observa cómo una densa pluma de aerosoles se forma y se extiende por vastas regiones.
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Los satélites detectan un aumento en el Índice de Aerosoles (AI), que indica una alta presencia de partículas absorbentes como el hollín (carbono negro) y el polvo contaminado. Los perfiles verticales muestran que estos contaminantes pueden elevarse varios kilómetros en la atmósfera, contribuyendo a la formación de inversiones térmicas y afectando la dinámica atmosférica regional.

Foto: Joseph Chan vía Unsplash
Así, los espectáculos pirotécnicos son una fuente episódica, pero intensa de contaminación atmosférica. Los estudios científicos concluyen que son necesarias regulaciones más estrictas sobre la composición química y el uso de fuegos artificiales, especialmente en áreas urbanas que ya sufren de mala calidad del aire.