Navidad y salud mental: cómo las fiestas pueden intensificar la sensación de soledad y la ansiedad en fin de año 
“La salud emocional necesita la misma atención que se dedica a los preparativos navideños”, apunta la psicóloga Patricia González.
- Redacción AN / HG

La Navidad es tradicionalmente vista como un tiempo de reflexión, celebración, reencuentro y abundancia. Sin embargo, para muchas personas representa un periodo de introspección dolorosa, marcado por la soledad, la ausencia de seres queridos o la sensación de no haber cumplido objetivos durante el año.
Aunque suele asociarse con alegría y unión, esta temporada también puede intensificar la soledad y la depresión. Este fenómeno, conocido como “depresión navideña”, es una realidad que afecta a miles de personas en todo el mundo.
Fisiológicamente, este fenómeno también conocido como depresión estacional o Trastorno Afectivo Estacional (TAE), que afecta con mayor frecuencia a mujeres entre los 25 y 30 años, se relaciona con la disminución de luz solar (entre octubre y diciembre) que altera los niveles de serotonina, melatonina y vitamina D en el cuerpo, impactando en el estado de ánimo, la energía y la capacidad de concentración de una persona.
A decir de la directora del Colegio de Psicología de la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ), maestra Patricia González, la temporada de fin de año también suele ser percibida con nostalgia junto a otros sentimientos encontrados, por diversos sucesos, como pueden ser conflictos familiares, viajes, la muerte de un familiar que solía acompañar la velada, entre otros.
De esta forma, expuso, la presión social por “estar feliz” y la constante exposición a mensajes de consumo y unión familiar pueden intensificar la desconexión de quienes no viven esa realidad.
Mayor incidencia en las mujeres
En México, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), entre el 4 y 8 % de la población general sufre este padecimiento, sobre todo las mujeres entre los 25 y 30 años, la diferencia con los hombres es marcada, pues la proporción es de cuatro a uno.
“Las fiestas de fin de año pueden ser un desafío emocional para quienes atraviesan episodios de depresión, ya que la presión social y las altas expectativas pueden intensificar la tristeza”, subrayó la especialista de la UCSJ.
Indicó que la Navidad y el Año Nuevo suelen activar rituales familiares muy marcados: cenas, fotos, reuniones, intercambio de regalos. Cuando alguien ya no está, esos rituales se convierten en recordatorios que pueden generar melancolía, tristeza persistente.
Síntomas de la depresión de fin de año:
Según datos de la Universidad Internacional de La Rioja (Unir), algunos síntomas que pueden experimentarse cuando hay un cuadro depresivo asociado a la época navideña son la falta de fuerza y energía, irritabilidad, ideas negativas y desesperanzadoras, cansancio constante, desinterés por actividades que antes generaban atención, deseos de estar solo y rechazo del contacto con otras personas y la sensación persistente de tristeza durante varios días.
Duelos no resueltos y el nido vacío
Patricia González compartió que este periodo suele intensificar emociones asociadas a duelos no resueltos, la ausencia de familiares fallecidos durante la pandemia y situaciones como el “nido vacío”, cuando los hijos se independizan.
El impacto emocional es el nido vacío. Muchos padres viven estas fechas con la sensación de haber cerrado una etapa. Las reuniones dejan de ser como antes, los hijos construyen sus propias tradiciones y las celebraciones cambian de dinámica.
“Esta transición puede despertar sentimientos de soledad o desorientación, especialmente en adultos mayores que dependen emocionalmente de la presencia de sus hijos”, comentó.
Poblaciones vulnerables
Los adultos mayores son uno de los grupos más vulnerables durante estas fechas. Aquellos que viven con enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión suelen ver afectado su ánimo cuando los tratamientos no generan la mejoría esperada. En pacientes con Parkinson o Alzheimer, los especialistas reportan hasta un 30% de prevalencia de síntomas depresivos, lo que convierte el acompañamiento emocional en un factor clave.
En cuanto a los adolescentes, se recomienda prestar atención a cambios bruscos de humor, irritabilidad o aislamiento repentino. En esta etapa también existe riesgo de consumo de sustancias alucinógenas, que puede agravar estados de ansiedad o tristeza; las emociones intensas, impulsividad y expresiones relacionadas con la muerte deben servir como alarma para buscar orientación profesional.
Al respecto, la directora del Colegio de Psicología de la UCSJ compartió algunas estrategias para enfrentar la otra cara de la Navidad:
- Aceptar la ambivalencia emocional: No todos viven la Navidad con alegría, y reconocerlo es un primer paso saludable.
- Redefinir la soledad: Convertirla en un espacio de autocuidado, en lugar de verla como carencia.
- Apoyo social y profesional: Buscar acompañamiento en amigos, grupos comunitarios o profesionales de la salud mental.
- Metas realistas: Establecer objetivos alcanzables para el nuevo año.
- En lugar de minimizar estas emociones, sugiere generar espacios de conversación en casa, compartir cómo cada miembro de la familia vive la temporada y evitar frases que invaliden el malestar de otros.
- Reducir el uso de celulares, tablets y videojuegos para que la atención esté puesta en los seres queridos, especialmente aquellos que no expresan fácilmente lo que están viviendo.
“Un gesto tan sencillo como escuchar sin interrupciones puede marcar una diferencia significativa en la salud emocional de quienes enfrentan diciembre con mayor vulnerabilidad”, afirmó.
Aunque la mayoría de las personas vive estas fechas con entusiasmo, existe un grupo que experimenta una temporada difícil, donde la nostalgia se vuelve un visitante constante.
“La salud emocional necesita la misma atención que se dedica a los preparativos navideños”, advirtió.
La Universidad del Claustro de Sor Juana, cuenta con el Centro de Orientación y Atención Psicológica (COAPSI). El COAPSI brinda atención psicológica gratuita a la comunidad del Centro Histórico, ante problemáticas como ansiedad o depresión. Se brinda atención en modalidad virtual y/o presencial, previo registro en el portal web de la institución.







