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“Los mitos sirven para que la humanidad se apropie de sus problemas”: Laura Restrepo Naturaleza Aristegui

La escritora colombiana presenta su novela ‘Soy la daga y soy la herida’, en la FIL Monterrey.

  • Redacción AN / HG
12 Oct, 2025 06:07
“Los mitos sirven para que la humanidad se apropie de sus problemas”: Laura Restrepo

Por Héctor González

El mundo de hoy no es el mismo al de hace dos años, sostiene la escritora colombiana Laura Restrepo (Bogotá, 1950). Para la narradora, la época actual exige una literatura crítica que interpele a fenómenos como el genocidio, es así como nace Soy la daga y soy la herida (Alfaguara), su nueva novela, misma que presenta en la Feria Internacional del Libro de Monterrey.

La historia es protagonizada por Misericordia Dagger, un implacable asesino que cumple a raja tabla las órdenes de Abismo, una suerte de dios cruel. Escrita en tono de farsa, la obra plantea las dudas del verdugo cuando recibe un encargo que contraviene la necesidad de proteger a Dix, una joven que lo encandila. “Mi idea era mostrar a un malo como Misericordia Dagger lleno de dudas y que incluso se plantea la posibilidad de rebelarse al mandado divino”, explica la narradora en entrevista.

Soy la daga y soy la herida es una novela distinta a lo que había hecho, en forma y manejo del lenguaje sobre todo. ¿Cómo surgió?

Para mí era imprescindible escribirla. Creo que desde hace dos años vivimos en un mundo distinto y por lo mismo sentí que no podía seguir escribiendo de la misma manera. A partir del genocidio en Gaza, las políticas antimigrantes y del ascenso del supremacismo blanco nacionalista, comenzamos a vivir en un mundo sin dios ni ley. Con todas las fallas y deficiencias que quieras, hasta ahora había un cierto catálogo de respeto a la vida y a la soberanía. Todo eso se fue por tierra. En Gaza todas las normas se violaron, se uso fósforo blanco, armas biológicas, se mato de hambre a niños y eso ha tenido el beneplácito de varios de los gobiernos más poderosos de la Tierra. El mundo cambió, no nos digamos mentiras. Escribir ficción sobre la nueva realidad es un trabajo colectivo y cada quien propondrá sus fórmulas, pero la novela como género tiene que cimbrarse, no podemos partir de la base de que ciertos acuerdos básicos siguen en pie.

¿Por qué para escribir sobre una nueva realidad regresar a una estructura cercana a elementos mitológicos?

Intenté buscar en géneros del presente como la novela gráfica y los cómics. Mi novela es una farsa, es una tragicomedia del poder absoluto, de los déspotas criminales que tenemos hoy gobernando, pero busqué hacerla una forma muy visual. Recurrí a la mitología, a la figura de un Dios y a un personaje como Misericordia Dagger, un verdugo del estilo de la Revolución francesa, porque me parece que para hacer frente a este horror necesitamos construir mitos populares que nos permitan nombrarlos. En ese sentido, México es ejemplar en el uso del humor negro como arma para quienes no tenemos más que el lenguaje para pinchar el ego. Además, los mexicanos siempre han sabido mirar de frente a la muerte y han demostrado que de ella también se puede uno burlar. Por otro lado, hay una habilidad en México para crear héroes populares que defienden lo humano a través de las relaciones afectivas. Chespirito o Cantinflas son mitos populares en defensa de lo humano. Mi idea era mostrar a un malo como Misericordia Dagger lleno de dudas y que incluso se plantea la posibilidad de rebelarse al mandado divino. Los mitos de dudas sirven para que la humanidad se apropia de sus problemas.

Misericordia Dagger flaquea cuando siente amor por una joven.

Cierto. Siempre digo que no escribo sobre la violencia por que la violencia siempre está, por el contrario, creo que en el fondo es una novela de amor. Misericordia Dagger que es un cumplidor estricto de las órdenes de Abismo, una especie de Dios, flaquea cuando conoce a Dix, una muchacha. Al encontrársela todo su esquema empieza a cambiar. Aquí aclaro que no es que se enamore porque es un hombre cuarentón o cincuentón y ella es una adolescente. Más bien al descubrir que ella además de hacer natación es epiléptica siente la necesidad de cuidarla y él se cuestiona su lugar en el mundo porque hasta entonces se había asumido como alguien que sirve para matar, no para cuidar.

En ese sentido, Misericordia Dagger me recordó un poco a Boogie El aceitoso, de Fontanarrosa.

¡Me encanta esa comparación! No lo había tenido en cuenta, pero tienes razón. Boogie tiene una cierta ética como Misericordia. Más que crear un personaje bueno me interesaba mostrar a un malo con ética y con tal grado de profesionalismo que por lo mismo duda, me parece que eso es más verosímil.

Y ahí radica la luminosidad que plantea la novela…

Sí, una rebelión contra quien da las órdenes, eso lo vemos en algunas partes de los sirvientes, de los ejércitos. En Israel hay militares que prefirieron suicidarse porque entraron en crisis sobre si cumplir o no esas órdenes tremendas. Yo estuve a punto de entrar a Gaza. La matanza empezó en octubre de 2023 y en noviembre le dije a mi hijo “acompáñame para ir allá porque no podemos dar la espalda”. Me invitaron los de Médicos sin fronteras y los de Médicos por el mundo, no pudimos entrar porque bloquearon a las organizaciones humanitarias, pero nos quedamos por la frontera con Egipto. Colaboramos con la Embajada Colombiana para sacar a nuestros compatriotas retenidos en Gaza. También escribí algunos artículos denunciando el genocidio, pero sentía que me faltaba llevarlo a una novela. Así es como surge Soy la daga y soy la herida, una novela contradictoria, de ahí el título, porque quería mostrar los dos lados del fenómeno.

En poner a Abismo como un dios hay también una provocación, finalmente es un todo poderoso malvado.

Claro, en Estados Unidos vemos a ese neocristianismo nacionalista que se une a la causa blanca. Atrás de la violencia que Israel ejerce sobre Gaza también hay un manejo religioso.

¿Cuál es el poder del humor y la sátira?

Durante dos años nos han obligado a tragarnos los sapos envenenados de ver niños muertos de hambre y gente quemada en carpas. Y la posibilidad de burlarnos de esos genocidas es de lo poco que tenemos en nuestro poder. Cuando terminé el libro la Flotilla Sumud no existía, pero entre sus tripulantes encontramos gente que construye esos mitos populares que nos permiten pensar que las cosas se pueden hacer de otra manera, fue un ejercicio y un mensaje poderosísimo hacia el futuro.

¿Podríamos decir que esta novela tiene una relación con su anterior libro, Canción de antiguos amantes?

Sí, ahí vi el inicio de esta destrucción por eso digo que Canción de antiguos amantes es una canción de amor al filo del tiempo y en un mundo al borde del colapso. Vi la destrucción en Yemen donde estudié un mes, lo que pasa es que de ahí se habló poco. Sin embargo, hubo bombardeos masivos, se perdieron joyas del medioevo musulmán, por no hablar de los miles de inmigrantes de África que murieron en Yemen. Ahí empecé a tener la sensación de que los matones del gran poder querían acabar con nosotros. Lo que sucedió en Gaza es un llamado de atención para todos y una muestra de lo que pueden hacer con quienes les quieran arrebatar su dominio, es una advertencia para los que sobramos. Giorgio Agamben llama Homo Sacer al hombre cuya muerte no es penalizada porque no significa para los demás.

Su personaje Misericordia Dagger se dice más “Let it bleed” que “Let it be”, ¿usted cuál prefiere?

Él es un verdugo ilustrado por eso dice cosas como esa, es un gran pedante que propone también un género literario llamado brutal noir y que sirve para ilustrar su vida y que de alguna manera es la mezcla de horror y humor.

¿Usted es más de Beatles o de Rolling Stones?

Soy más de Rolling Stones qué le vamos a hacer.

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