Crisis en Nepal expone fractura entre jóvenes y gobierno represor: Talya İşcan 
La académica Talya İşcan advirtió en 'Aristegui en Vivo' que la reciente ola de protestas en Nepal no debe leerse como un hecho aislado, sino como parte de un ciclo más amplio de movilización juvenil frente a la represión estatal, en un contexto de crisis política, desigualdad económica y censura digital.
- Redacción AN / MDS

La internacionalista y académica Talya İşcan advirtió sobre la grave crisis política, social y económica que atraviesa Nepal, tras los recientes intentos del gobierno por restringir el acceso a redes sociales.
Durante una entrevista con Aristegui en Vivo, la también doctorante en Comunicación y Cultura Política, señaló que el país asiático ha entrado en un ciclo preocupante de violencia, represión y fractura generacional.
“La verdad es que el escenario está muy preocupante”, expresó İşcan, al señalar que la medida de censura se convirtió rápidamente en un símbolo de inconformidad para la juventud nepalí. “Claramente el tema de la restricción de las redes sociales ya se ha convertido en un símbolo, nada más”, apuntó.
Al contextualizar la situación, comparó el escenario actual con otros movimientos regionales y globales: “Podríamos incluso hacer una comparativa con lo que había pasado en años pasados con la Primavera Árabe, o incluso en esta región con Myanmar o diferentes tipos de levantamientos”.
La especialista subrayó que esta ola de manifestaciones no puede leerse como un hecho aislado. “Lo que está ocurriendo se debe leer más allá de una anécdota, de un intento fallido de restringir las redes sociales. Estamos ante un ciclo de protestas que revela con claridad la fractura entre una generación joven y un gobierno represor. Eso podría pasar en cualquier lado del mundo”, afirmó.
Respecto a la situación económica de Nepal, İşcan destacó la dependencia del país en las remesas y el desempleo juvenil como factores de fondo: “La economía de Nepal depende en gran medida de las remesas, que representan más del 20% del PIB, y el desempleo juvenil actualmente supera el 30%. Y eso genera muchísima desigualdad entre áreas rurales y urbanas”.
Aunque reconoció la legitimidad de las demandas juveniles, İşcan también señaló la gravedad de la respuesta social: “Claramente la gente joven tenía razón, pero también cómo reaccionaron fue de una manera muy muy drástica”.
“Aproximadamente el 30% de la población de Nepal son jóvenes, y entre ellos, el 60% usa redes sociales”. En ese sentido, hizo una analogía demográfica con México: “Fíjate que aquí es parecido con México, ¿eh? Porque en México, contamos con 34% de la población que tiene menos de 30 años, y la participación en redes supera el 90%”.
La académica consideró que el vacío político generado tras la renuncia del líder del gobierno podría resolverse únicamente a través de mecanismos legítimos: “El vacío dejado por la dimisión de —o sea, del líder— puede resolverse con elecciones claras o con un gobierno de coalición capaz de ofrecer legitimidad”.
İşcan mostró preocupación por la falta de respuesta internacional frente a la crisis: “Estamos viendo escenas muy grotescas, de gente atacándose, de los muertos. Y lo que está ocurriendo también está impactando de alguna manera a la comunidad internacional. Lo que sorprende es que la ONU no ha dicho nada oficialmente, más que expresar sus preocupaciones”.
“Históricamente, la ONU ya había emitido varias resoluciones sobre el tema de protección de los derechos humanos, pero nunca ninguno de esos ha sido vinculante. Lo que me preocupa es cuál va a ser la respuesta de la comunidad internacional sobre una amenaza que salió de un fenómeno muy común”, apuntó.
Al referirse a las implicaciones geopolíticas del conflicto, İşcan destacó el rol estratégico de Nepal en Asia: “No es una potencia, sin embargo, ha sido un país estratégico, incluso por la ruta comercial o por todas las relaciones políticas que India y China tienen”.
La especialista concluyó su análisis advirtiendo sobre el riesgo de una prolongación del conflicto: “Los movimientos sociales tienen su base, tienen su sustento, pero no siempre este tipo de derrotas asegura un proceso de paz. Tampoco asegura un proceso de estabilidad. Entonces, la situación es muy complicada. Se entiende el motivo, es una lección para todos, incluso para Latinoamérica en este caso”.