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Alejandra Ortiz Medrano revela mitos y verdades la ciencia psicodélica Naturaleza Aristegui

En su nuevo libro, la bióloga mexicana advierte un nuevo auge de las sustancias psicodélicas motivado por una crisis mundial de salud mental y una industria apuesta por su legalización.

  • Redacción AN / HG
09 Nov, 2025 13:49
Alejandra Ortiz Medrano revela mitos y verdades la ciencia psicodélica

Por Héctor González

El estudio más reciente sobre el consumo de ayahuasca en México data de 2019 y apunta que aproximadamente 820 mil individuos la han consumido. El cálculo proviene del International Center for Ethnobotanical Education, Research and Service (ICEERS). Por otro lado, en nuestro país también, existen más de cincuenta especies del hongo psilocibe que son utilizados en ritos espirituales o prácticas recreativas.

Ambas informaciones son significativas para entender la importancia de las sustancias psicodélicas en el país. No obstante, y dado que su consumo es ilegal, hay poca investigación científica local al respecto. Con el objetivo de arrojar un poco de luz sobre el tema y más allá de cualquier prejuicio, la bióloga y creadora del podcast Mándarax, Alejandra Ortiz Medrano (Guadalajara, 1984), publica Un trip de ciencia psicodélica (Planeta), un libro tan ameno como ágil que nos lleva a conocer cómo operan este tipo de sustancias en nuestro cerebro así el tipo de industrias que se mueven a su alrededor.

¿Qué es la ciencia psicodélica?

Es aquella que engloba a las investigaciones científicas que estudian a los psicodélicos. Es muy variada, hay muchísimas cosas que tienen que ver con salud mental y los potenciales terapéuticos de los psicodélicos. También implica diversas cuestiones sobre cómo funcionan o qué hacen en el cerebro y en el sistema nervioso en general; cómo se correlacionan sus propiedades fisiológicas con la experiencia subjetiva o la fenomenología. Hay una gran diversidad dentro de la ciencia psicodélica.

 En el libro planteas que hay un renacimiento de la ciencia psicológica desde 2006, ¿esto se relaciona con un mayor interés por la salud mental?

Sí y creo que tiene que ver con una crisis mundial de salud mental, sobre todo en Estados Unidos, donde empezó este auge de la ciencia psicodélica. Durante muchas décadas estuvo prohibida su investigación en todo el mundo. Sin embargo, esto cambió en 2006 cuando un estudio pequeño, es verdad, demostró que mejoró el bienestar de personas a las que le dieron psilocibina. Ahí fue cuando se volvió a hablar de su potencial terapéutico para atender depresión, estrés postraumático y otras condiciones mentales.

Alrededor de esta ciencia hay un tema de mercado. Apuntas que para 2030, en Estados Unidos, el mercado de drogas psicodélicas podría ser de 6 mil 500 millones de dólares.

Creo que hay un interés peculiar en Estados Unidos. Por un lado, ven su gran interés terapéutico, de lo contrario no le estarían apostando a la investigación con sustancias que todavía no son legales a nivel federal. Por otro, hay una super moda relacionada con el consumo de los psicodélicos y que incluye a México. La sociedad civil tiene mucho interés en esto en actos como las ceremonias de ayahuasca, y creo que la industria ya lo detectó y lo quiere comercializar.

¿A qué atribuyes este interés masivo?

En parte sí por la moda, pero también creo que refleja un hueco grande en la sociedad y una necesidad de conexión espiritual que se está encontrando en los psicodélicos. Las investigaciones demuestran que estas sustancias propician experiencias místicas y conexiones espirituales correlacionadas con beneficios terapéuticos.

En la psicología se habla de que estamos en una época de mucha ansiedad, ¿crees que esta necesidad de conexión tiene que ver con esto?

Algunas investigaciones con psicodélicos dejan ver que, la experiencia psicodélica o el viaje, sí propicia experiencias místicas que generan una conexión espiritual, esto se puede medir científicamente por medio de cuestionarios o entrevistas posteriores. De alguna manera entre más fuerte sea la experiencia mística, hay más correlación con beneficios terapéuticos. A través de cuestionarios se ha detectado la disminución de síntomas depresivos o de ansiedad. La cultura occidental tiende a la individualización y los psicodélicos generan la sensación de que no eres un ser aislado, sino que estás conectado con el resto del mundo.

¿Cómo se mueven los psicodélicos desde la ilegalidad?

Creo que al narcotráfico le interesan otras drogas, pero es importante señalar que en México como en casi todo el mundo, los psicodélicos son ilegales, excepto para uso tradicional de algunas naciones indígenas. Por muy fácil que sea acceder a ellos son ilegales y por lo mismo no se hace investigación científica en humanos. Si bien en Estados Unidos se pueden obtener permisos en casos muy específico, en México eso no se puede y es una pena no solo porque hay mucho interés de la población y toda una industria detrás, sino además porque México es un país súper importante porque es el único lugar donde la tradición médica de los hongos psilocybe se ha mantenido. Al menos hay siete naciones indígenas que los usan desde hace al menos 500 años y que podrían aportar mucho conocimiento. Otra situación preocupante es que como sabemos, la ilegalidad no impide que una sustancia que se deje de usar. En México existen huecos que permiten la existencia de clínicas donde se ofrecen terapias con psicodélicos, mientras tengan como a una persona indígena contratada; existe, además, el turismo psicodélico a comunidades como Huautla de Jiménez, de donde era María Sabina. La ilegalidad propicia dinámicas extractivistas que tienen consecuencias negativas sobre esas comunidades y sobre sus ecosistemas. No creo que la legalidad por sí misma resolvería esos problemas, pero sí permitiría una mejor gestión.

Cierras el libro alertando sobre estos colonialismos y los daños que pueden ocasionar en las comunidades indígenas.

Por es eso digo que no necesariamente la legalidad o más investigación científica van a terminar con esto. Hay muchos problemas asociados con la ciencia en general y su relación con otros tipos de conocimiento, y en particular con los saberes tradicionales. La ciencia siempre ha tenido una posición hegemónica, dominante, extractivista y capitalista. Y como la ciencia de los psicodélicos está embebida por una buena onda o espiritualidad, puede invisibilizar esto lo cual es peligroso. Pese todo, tengo la esperanza de que la ciencia de los psicodélicos por todo lo que hacen sentir, sí pueda propiciar una relación más virtuosa con otros tipos de saberes.

Hay que decir también que esa “buena onda” depende de la dosis, ¿no?

De la dosis y el contexto interno y externo, lo que en la ciencia psicodélica se llama set y setting. Set es todo lo que tiene que ver con la persona: salud física y salud mental, qué hizo ese día, qué comió. Y el setting es todo lo de alrededor: en dónde y con quién lo va a hacer, si habrá mucha o poca gente, etc. Hay una creencia de que por la sensación de bienestar que producen, los psicodélicos pueden resolver problemas sistémicos como la violencia. No es así. No necesariamente van a llevar el bien al mundo. Algo riesgoso incluso, es que los viajes o experiencias psicodélicas se viven como si fueran una realidad o una verdad revelada, no como un sueño. Si se te revela que eres el mesías y tienes que dirigir al mundo, eso no necesariamente lleva al bien común. En un contexto terapéutico una experiencia psicodélica es apenas una fase de un proceso integral.

¿Qué cuidados debe tener alguien que tiene relación con los psicodélicos?

Es importante saber que todas son ilegales y que consumirlo implica riesgos. Por lo mismo, hay una especie de acto de fe hacia lo que te están dando o hacia quien está dando y dirigiendo la terapia. No hay alguna autoridad médica que certifique la sustancia. Las experiencias psicodélicas, dependiendo de la dosis, pueden ser muy fuertes y colocarte en un estado muy vulnerable psicológica y emocionalmente hablando. Quien te vende el servicio, sea una terapia o ceremonia, necesita tener la experiencia suficiente en caso de que ocurra una mala experiencias durante y después de la toma de psicodélicos. No es que yo recomiende su uso, pero es innegable que cada vez hay más gente queriendo tener este tipo de experiencia y es mejor que tengan en cuenta esto.

 

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