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El escritor húngaro László Krasznahorkai gana el Premio Nobel de Literatura 2025 Naturaleza Aristegui

Con una prosa hipnótica y exigente, el autor húngaro ha retratado la descomposición social de Europa Central y la dimensión espiritual del arte, moviéndose entre el apocalipsis y la contemplación oriental

  • Redacción AN / MDS
09 Oct, 2025 05:09
El escritor húngaro László Krasznahorkai gana el Premio Nobel de Literatura 2025
Imagen: Premios Nobel

El escritor húngaro László Krasznahorkai fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura 2025, según anunció este jueves el Comité Nobel en Estocolmo. Con una obra vasta, exigente y profundamente original, Krasznahorkai ha sabido retratar tanto el apocalipsis espiritual de Europa Central como la creación artística más refinada, inspirada en la tradición oriental.

Nacido en 1954 en Gyula, una pequeña ciudad al sureste de Hungría, cerca de la frontera con Rumanía, Krasznahorkai irrumpió en la escena literaria en 1985 con Sátántangó, una novela ambientada en una granja colectiva abandonada, que capturó el vacío existencial del periodo inmediatamente anterior a la caída del comunismo.

La historia, atravesada por un clima de silencio y desesperanza, gira en torno a la llegada de un supuesto salvador, el carismático Irimiás, cuya moral ambigua “deja a casi todos en una situación difícil”. La novela fue adaptada al cine en 1994 por el director Béla Tarr, en una colaboración considerada ya legendaria.

La crítica internacional no tardó en reconocer el alcance de su obra. La escritora Susan Sontag lo describió como el “maestro del apocalipsis” de la literatura contemporánea, tras leer su segunda novela, La melancolía de la resistencia (1989). Ambientada en un pueblo húngaro atrapado en un estado de emergencia, la obra destaca por la intensidad de su atmósfera.

La expansión del horizonte

Con Guerra y guerra (1999), Krasznahorkai amplía su campo narrativo más allá de las fronteras húngaras. En esta novela, un humilde archivista llamado Korin viaja desde Budapest hasta Nueva York con el propósito de compartir una antigua epopeya que ha descubierto. La prosa del autor evoluciona hacia una “sintaxis fluida, con frases largas y sinuosas sin puntos, que se ha convertido en su sello personal”.

Este estilo culmina en obras como El regreso del barón Wenckheim (2016), una novela en la que el autor vuelve a Hungría, reinterpretando personajes arquetípicos con un matiz cómico y trágico. El barón, un aristócrata arruinado y exiliado en Argentina, regresa a su tierra natal con la esperanza de reencontrarse con su amor de juventud, pero acaba atrapado en una tragicomedia provinciana.

El más reciente título de su quinteto épico, Herscht 07769 (2021), presenta una visión sombría y contemporánea de un pueblo de Turingia, Alemania, marcado por el malestar social, la violencia y los incendios provocados. “Es un libro, escrito de golpe, sobre la violencia y la belleza en una unión imposible”, explica el Comité. Su protagonista, Herscht, es descrito como “el arquetipo mismo de un niño crédulo y de gran corazón, un tonto santo en el espíritu de Dostoyevski”, que se ve traicionado por los mismos poderes en los que confió.

El giro hacia Oriente

A pesar de su profundo arraigo en la tradición centroeuropea -de Kafka a Thomas Bernhard-, Krasznahorkai también ha vuelto la mirada hacia Oriente, con un tono más “contemplativo y refinado”. Fruto de sus viajes a China y Japón, surge una serie de obras que exploran el arte, la belleza y la trascendencia.

Entre ellas destaca Una montaña al norte, un lago al sur, caminos al oeste, un río al este (2003), ambientada en el sureste de Kioto. Este relato lírico y enigmático funciona como un preludio de su obra cumbre oriental: Seiobo allá abajo (2008). Compuesta por diecisiete relatos organizados según la secuencia de Fibonacci, esta colección reflexiona sobre “el papel de la belleza y la creación artística en un mundo de ceguera e impermanencia”.

Una de sus escenas más memorables es la imagen de “una garza blanca como la nieve” inmóvil en el río Kamo, “invisible para la multitud que pasa”, símbolo del artista solitario. El libro se estructura en torno al mito japonés de Seiobo, la diosa que guarda un jardín cuyos frutos otorgan la inmortalidad. A través de personajes como conserjes, espectadores o artesanos, Krasznahorkai muestra cómo “el lector es conducido a través de una hilera de ‘puertas laterales’ hacia el inexplicable acto de creación”.

Un escritor fuera del tiempo

Además de sus grandes novelas, Krasznahorkai ha cultivado el relato breve con singular maestría. En Trabajos de pala para un palacio: Entrando en la locura de los otros (2018), el autor despliega un tono más ligero pero igualmente inquietante. La historia se sitúa en un Manhattan “embrujado por los fantasmas del gran Herman Melville y sus fanáticos admiradores”, y reflexiona sobre “la maldición de la imitación y la bendición de la resistencia”.

El Comité Nobel destaca la amplitud temática y estilística del autor, quien ha sabido retratar “la brutal lucha entre el orden y el desorden”, pero también la búsqueda incesante de belleza. “Con Krasznahorkai, siempre hay espacio para lo impredecible”, concluye el comunicado, reconociendo en él a “un gran escritor épico de la tradición centroeuropea”, que ha sabido renovar el género con una voz única.

László Krasznahorkai, cuya obra desafía convenciones y exige una lectura atenta, se une así a la prestigiosa lista de autores galardonados con el Nobel de Literatura. Un reconocimiento a una trayectoria que ha sabido explorar los abismos de la condición humana, pero también su capacidad para el asombro y la creación.

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