“Creé un espacio para que el espectador sienta un abrazo de la madre tierra”: Delcy Morelos 
La artista colombiana exhibe su instalación ‘El espacio vientre’, en la Sala 9 del MUAC.
- Redacción AN / HG

Por Héctor González
Desde pequeña Delcy Morelos (Tierralta, Colombia, 1967) descubrió un vínculo especial con la naturaleza y con la tierra. A lo largo no su vida no ha dejado de tocarla, jugar, crear y explorar sus posibilidades. Si bien empezó como pintora, en los últimos años su trabajo ha derivado en esculturas e instalaciones, la más grande hasta ahora es El espacio vientre que se exhibe hasta junio de 2026, en la Sala 9 de Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC).
Con la curaduría de Alejandra Labastida y Daniel Montero, la monumental pieza da forma a una estructura circular de terrazas que se eleva hasta el techo, cuya altura varía entre los 6 y los 12 metros. Es cuestión de ingresar en ella para sentirse parte de un todo del que el ser humano es apenas una pequeña parte. “Aquí no hay una separación entre el paisaje y nosotros”, advierte en entrevista quien es considerada una de las artistas contemporáneas más importantes de su país.
¿Cómo descubriste que la tierra y la naturaleza serían tus líneas de trabajo?
Me siento muy bien trabajando con la tierra y creo que era necesario que a través de mis obras hablaran los abuelos sabedores de los que he aprendido tanto. No es mucha la gente que tiene la posibilidad de ir a la selva a aprender, a sentarse y escuchar, por eso siento que me toca hablar un poco de eso.
¿Desde pequeña cómo era tu relación con la tierra?
Cuando era pequeña no había ipad ni celulares; en mi pueblo tampoco había televisión, así que nuestros juguetes eran la arcilla, las piedras y las plantas.
¿Cómo se planea una exposición de las dimensiones de El espacio vientre?
Llevamos dos años en conversaciones con el MUAC para realizarla. Contratamos a un despacho de bioconstructores para que me ayudaran a construirla, a escoger y a manejar las arcillas. Cuando empiezo un proyecto no parto desde cero, en este caso me influencié mucho del Espacio Escultórico y de Cuicuilco.
¿De qué manera te influenciaron ambos espacios?
El Espacio Escultórico enmarca y resalta la naturaleza, en este caso las piedras volcánicas. Y en El espacio vientre enmarco el vacío en el que está el Humano. Cuando el espectador ingresa a la pieza observa la tierra, mientras la tierra también lo observa. Creé un espacio para que sienta un abrazo de la madre tierra, que aquí se presenta con un color muy parecido al de la sangre cuando se seca. La tierra como la sangre contiene mucho hierro. Me interesaba, también, que se sintiera la arcilla tal y como la encontramos en el paisaje. Quería no solo una estimulación visual, sino también olfativa y táctil.
La pieza también nos lleva a reflexionar sobre lo pequeño que es el ser humano ante la tierra.
Quería que el espectador se sintiera acogido y cobijado porque no es algo que sintamos cuando estamos fuera. Aquí no hay una separación entre el paisaje y nosotros. El hierro que está en la tierra es el mismo que corre por nuestras venas. Hay una relación directa y sistémica porque formamos parte de un todo.
De un todo que el ser humano busca controlar.
El Hombre está muy equivocado, la naturaleza es en sí misma un ser vivo que actúa dependiendo sus leyes. El humano no tiene la capacidad para entender cómo se teje todo en la naturaleza. Necesitamos activar la escucha de lo que somos, del tejido en el que estamos inmersos porque no estamos separados de la naturaleza.
La pieza parece desbordar el espacio, antes de entrar a la sala ya hay arcilla, ¿por qué?
Quería que el espectador sintiera la escultura desde antes de entrar, la textura y la materia. Me parecía importante adelantar algo al espectador de lo que encontrará dentro.
Destaca también la perspectiva femenina, finalmente entrar en la instalación es como regresar al vientre.
En lo femenino es donde se gesta la vida. En los mitos de muchas culturas la tierra es una diosa capaz de producir vida.
¿Cómo ha cambiado tu relación con la naturaleza a partir de tu trabajo?
Me he dado cuenta de que soy una con ella. Debemos abrir nuestros canales para comunicarnos mejor con ella porque pese a que siempre se manifiesta. Estamos ocupados con el trabajo, en la oficina, con los hijos y no ponemos atención en lo que realmente nos alimenta. No es el dinero que nos provee del alimento, es la tierra.
¿Percibes que en esta época estamos en disposición de cambiar la perspectiva?
Si no lo hacemos iremos camino a la autodestrucción. La naturaleza seguirá existiendo sin nosotros porque nosotros somos más frágiles que ella.
¿Qué relación tienes con los materiales con los que trabajas?
Para esta pieza necesitaba una arcilla de un color determinado y que fuera muy plástica, tardamos en encontrarla, pero al final la conseguimos en Otumba, Estado de México. Si te fijas, el color de la piel es muy similar al de la arcilla, para mi es un recordatorio de donde vengo y lo que soy.








