Advierten vulnerabilidad de México por retorno de Doctrina Monroe a EE.UU. 
Desde la administración de Donald Trump “se está conceptualizando esa intervención a partir del término de narcoterrorismo”, un marco que se está trasladando a varios países latinoamericanos para validar estados de excepción y políticas “de hiper mano dura” que erosionan la institucionalidad democrática.
- Redacción AN / KC

La reactivación abierta de la Doctrina Monroe en Estados Unidos, hacia un enfoque “injerencista y abiertamente autoritario” coloca a México en un escenario de vulnerabilidad institucional justo cuando atraviesa un relevo en la Fiscalía General de la República (FGR), coincidieron en la mesa de análisis de Aristegui en Vivo, Lisa Sánchez, directora de México Unido contra la Delincuencia, y Jacobo Dayán, director del Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM.
Sánchez sostuvo que el anuncio de esta política exterior no sorprende, pero “sí preocupa profundamente” por el modo en que redefine la intervención estadounidense en la región.
Explicó que desde la administración de Donald Trump “se está conceptualizando esa intervención a partir del término de narcoterrorismo”, un marco que, dijo, se está trasladando a varios países latinoamericanos para validar estados de excepción y políticas “de hiper mano dura” que erosionan la institucionalidad democrática.
Afirmó que estas medidas ya demostraron efectos “perversos” en seguridad y en el combate a la corrupción y la impunidad.
La directora de MUCD advirtió que la discusión en el Congreso estadounidense de iniciativas que permiten designar a organizaciones criminales como terroristas y autorizar operaciones armadas en el extranjero eleva el riesgo de acciones “ilegales tanto en el derecho internacional como en el derecho norteamericano”, incluida la ejecución extrajudicial de presuntos delincuentes.
Para México, señaló, las consecuencias serían más directas por su ubicación estratégica.
Compartimos más de 3 mil kilómetros de frontera y es donde esta amenaza se expresará con mayor virulencia.
Por su parte, Dayán consideró que lo novedoso no es el fondo de la política, sino que ahora es explícita.
Recordó que desde el gobierno de Trump “se venía hablando de una visión que regresaba a la Doctrina Monroe” y subrayó que la interferencia del expresidente en procesos electorales regionales confirma una estrategia que busca reinstalar esferas de influencia bajo una lógica de “guerra fría en un mundo multipolar”.
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Mencionó que el distanciamiento con Ucrania y la aproximación a actores como Rusia “manda el mensaje de que cada quien se repartirá su región”, lo que obliga a México a revisar con cuidado su relación con Washington, y en este contexto, dijo, México llega con debilidad institucional.
“El país se está colocando en una posición de mucha vulnerabilidad en el peor momento posible”, afirmó, al mencionar la pérdida de control territorial, la desinstitucionalización y los vínculos político-criminales.
Pronosticó un 2026 “muy turbulento” si Trump busca consolidar su estrategia en los primeros meses de su administración para influir en las elecciones intermedias de Estados Unidos.
Al abordar el relevo en la FGR, los especialistas señalaron que este cambio agrava el escenario.
Jacobo Dayán afirmó que la salida de Alejandro Gertz Manero “no sorprende”, pero recordó que su gestión estuvo marcada por la falta de controles y por decisiones que respondieron más a intereses políticos que a los de víctimas y sociedad.
Sobre la llegada de Ernestina Godoy, sostuvo que mantiene la misma lógica, con “una fiscalía bajo control político de la justicia, no una visión de Estado de derecho”.
Consideró “grave” la normalización de renuncias justificadas por “causas graves” que no se explican públicamente y la ausencia de vigilancia desde el Congreso.
El académico también recordó el desempeño de la Fiscalía de Ciudad de México bajo la conducción de Godoy, a la que atribuyó un nivel de impunidad de 95%, prácticas como el uso político de investigaciones, espionaje y la participación en el “censo de desaparecidos” impulsado por autoridades capitalinas.
Advirtió que, con su llegada a la FGR, los grandes casos de corrupción y de vínculos político-criminales “podrían acotarse” para evitar repercusiones en altos niveles del poder.
Asimismo, Lisa Sánchez añadió que, aunque México ha enfrentado antes periodos de alta impunidad, las condiciones actuales son más complejas por la desaparición de la Policía Federal y la militarización de tareas civiles.
Recordó que la Fiscalía anterior “investigó menos delitos y judicializó aún menos”, ya que en seis de cada diez carpetas no había indicios suficientes para llevar los casos ante un juez.
En este panorama, dijo, la presión internacional por temas de seguridad se amplifica.
Los retos no solo son político-criminales, sino institucionales en términos de capacidades para prevenir, investigar, perseguir y sancionar el delito.
Ambos especialistas concluyeron que México enfrenta simultáneamente debilitamiento interno y un entorno externo más riesgoso, mientras Estados Unidos impulsa un modelo de intervención basado en conceptos “abiertamente iliberales”, y la Fiscalía mexicana atraviesa un proceso de reconfiguración que podría reforzar el uso político de la justicia.








