Bloqueos carreteros, una batalla perdida para todos | Columna de David Ordaz

Por: David Ordaz

La semana pasada, durante cuatro días, nuestro país enfrentó bloqueos en vías de comunicación estratégicas como carreteras, puentes internacionales, aduanas, oficinas, etc., que generaron pérdidas millonarias y afectaron la percepción internacional de México como socio comercial confiable para la atracción de inversiones.

El movimiento orquestado por el Frente Nacional por el Respeto al Campo Mexicano (FNRCM), el Movimiento de Autotransportistas de Carga (MAC) y la Alianza Nacional de Transportistas A.C. (ANTAC), entre otros organismos interrumpieron las actividades logísticas y comerciales, generando pérdidas diarias de alrededor de los 250 millones de dólares, impactando estados enteros a cientos de empresas y miles de trabajadores, principalmente del sector exportador.

Además del daño económico, estos bloqueos a gran escala y la pésima forma de afrontarlo de forma inicial por parte del gobierno, enviaron un mensaje negativo a inversionistas internacionales, poniendo en duda la estabilidad y seguridad del ecosistema económico del país, además de dejar en evidencia la vulnerabilidad en las cadenas de suministro y de la capacidad para resolver conflictos.

En especial, el sector industrial mexicano, particularmente en estados con alta especialización como Baja California, Sonora, Chihuahua y estados del Bajío mostraron su preocupación por la interrupción de actividades, pues de manera casi inmediata impactó a la productividad, a futuras inversiones y hasta a la posibilidad de que empresas consideren mudarse o reducir su presencia en territorio nacional ante la incertidumbre de este tipo de problemáticas.

Del lado del gobierno, la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, optó por subirse al ring y en lugar de mediar públicamente, lanzó amenazas contra los líderes del movimiento y advirtió que existían carpetas de investigación en su contra, lo que provocó que la propia presidenta tuviera que salir a bajarle al fuego y dar una solución.

Tras la negociación con el gobierno se vive una tensa calma, aunque en caso de incumplimientos, el sector campesino y de transporte volverá a bloquear vialidades y realizarán movilizaciones que se estiman en 65 tramos carreteros de 28 estados.

Especialistas e industriales advirtieron del impacto de los bloqueos carreteros, pues los retrasos que genera la paralización del transporte, impactan directamente los costos de distribución y entrega de productos diversos, frenan el abasto nacional y dañan a las exportaciones del país que hoy en día son el único motor de la economía que se mantiene con un buen ritmo de actividad.

Además, los cierres de tramos carreteros expusieron a la industria manufacturera, a las cadenas de suministro, el transporte de mercancías y varios sectores que hoy por hoy están en estado de alerta. Esto aunado al costo para la reputación del país y en materia de competitividad internacional.

No dejamos atrás el tema de evidenciar la necesidad de mejorar la gobernanza y evitar que las decisiones tomadas impacten severamente el funcionamiento a nivel estatal y regional, ya que la autonomía y participación de las comunidades en la toma de decisiones sobre recursos y leyes, como las del agua, resulta clave para mantener la estabilidad social y económica del país.

En este contexto, tal y como lo han hecho público organismos como el Consejo Nacional de la Industria Manufacturera de Exportación (index), la Coparmex, la AMIA, AMDA, INA y ANPACT, entre otros, el objetivo es fortalecer el empleo y la productividad como la mejor estrategia para asegurar un crecimiento sostenido y confiable.