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Árbol de Navidad artificial o natural ¿qué es mejor para el medio ambiente? Naturaleza Aristegui

Para esta temporada 2025, el Estado de México cuenta con 650 plantaciones legalmente establecidas, de las cuales 235 se encuentran en etapa de comercialización.

  • Redacción AN / BJC
01 Dec, 2025 10:15
Árbol de Navidad artificial o natural ¿qué es mejor para el medio ambiente?
Foto: Archivo Cuartoscuro

A medida que avanzan las festividades decembrinas, la elección entre un árbol de Navidad natural y uno artificial trasciende la tradición para convertirse en un debate sobre política medioambiental, gestión de residuos y economía local.

Contrario a la percepción común de que adquirir un pino natural fomenta la deforestación, expertos y organismos gubernamentales coinciden en que, bajo esquemas regulados, estos cultivos favorecen la conservación.

Por ejemplo, la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) indica que los árboles de Navidad naturales se plantan en zonas específicas para cuidar el medio ambiente y mejorar la calidad de vida de los productores locales. Además, una vez talados, se reforesta el área con nuevos pinos.

Foto: Archivo Cuartoscuro

“Al desecharlo, se puede convertir en composta.  Un árbol de Navidad artificial, por el contrario, contamina al ser fabricado, transportado y desechado”, señala Sedema.

Asimismo, según Sedema, estas plantaciones en suelo de conservación, como las del Vivero El Pinar de La Cima y el Parque Ejidal de San Nicolás Totolapan, evitan el crecimiento de la mancha urbana y permiten la recarga de mantos acuíferos.

“Puesto que estas plantaciones se instalan en terrenos desprovistos de cobertura forestal, contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático. Además, con un manejo adecuado estas siembras se pueden convertir en permanentes, lo que facilita una constante captura de carbono y, una vez concluido el uso ornamental de los pinos, pueden convertirse en sustratos para viveros y dar vida a nuevos árboles”, añade la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Foto: Archivo Cuartoscuro

Mientras tanto, el Gobierno del Estado de México, a través de la Protectora de Bosques del Estado de México (Probosque), en coordinación con la Secretaría del Campo, impulsa la producción y comercialización de árboles de Navidad naturales provenientes de Plantaciones Forestales Comerciales registradas ante Semarnat.

De acuerdo con el gobierno mexiquense, “estas plantaciones constituyen una alternativa sustentable que fortalece la economía local, genera empleo y promueve la conservación de los ecosistemas forestal”.

“Para esta temporada 2025, el Estado de México cuenta con 650 plantaciones legalmente establecidas, de las cuales 235 se encuentran en etapa de comercialización, distribuidas en 34 municipios de la entidad, entre ellos Amecameca, Xonacatlán, Valle de Bravo, Tlalmanalco y Villa del Carbón, principales regiones productoras de árboles de Navidad”, reporta el gobierno del Edomex.

Foto: Archivo Cuartoscuro

Por otra parte, el mercado de árboles artificiales presenta desafíos significativos en términos de sostenibilidad. De acuerdo con The Nature Conservancy (TNC), citado por National Geographic, cerca del 90% de los árboles artificiales se envían desde China, lo que incrementa sustancialmente las emisiones de carbono debido al transporte marítimo.

Carlos Antonio Rius Alonso, académico de la Facultad de Química de la UNAM, explica en la Gaceta Universitaria que la producción de estos artículos implica el uso de metales y policloruro de vinilo (PVC), generados mediante procesos industriales intensivos como el “calandrado”. La disposición final de estos productos es problemática, pues suelen terminar en tiraderos donde el metal se oxida y contamina el suelo.

“Se puede reciclar el material, pero tendría que ser de forma artesanal, ya que es necesario separar las hojas de PVC del metal enroscado”, sostiene Rius Alonso.

Foto: Archivo Cuartoscuro

Para compensar el impacto ambiental de su fabricación y transporte, el académico puntualiza que un árbol artificial debe utilizarse por un periodo de al menos 20 años.

“Para que este tipo de adorno tenga un impacto positivo en el ambiente […] se debe usar al menos durante 20 años para que el impacto en los recursos naturales requeridos en su fabricación sea similar al de cortar un árbol natural cada año”.